miércoles, 27 de abril de 2011

Nuevas historias

Habla uno con su buena amiga M, que vive en Galicia, desde hace unos años. Al rato me dice que S., ese ser frágil (de tan solo 9 años) ha tenido que hacer una poesía para el colegio, y se ha inspirado en alguna mía. Durante un segundo, con rara impresión, uno se siente recompensado. Estas cosas te enseñan a vivir, me digo. Y es que cualquier edad es buena para escribir poemas. A uno le habría gustado estar en el momento de la lectura (o de entrega a la profesora). Pero no va a ser posible. Luego, se asoma uno con calma, en un silencio absoluto, a los Ochenta y seis cuentos de Quim Monzó. Apenas va uno por la página sesenta, y no le ha defraudado. Es un buen libro. Lo cierro, y rescato un poema de Pessoa: “Siento que nadie soy, salvo una sombra / de un rostro que no veo y que me asombra, / y en nada existo cual tiniebla fría”. Hay quien dice "me ha gustado lo que escribes" o "anda, explícame el poema" "me ha encantado". La vida está constituida de pequeñas cosas que nos hacen ricos. Salgo entonces, sin prisas, a asaltar las calles en esta mañana preciosa, qué importa si son de La ciudad de las flores o de Astillero, el caso es dar vueltas y buscar nuevas historias como el caballero de La Mancha. Aún soñamos. Aún seguimos vivos.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado tu opinión,creo que la recompensa le tenemos nosotr@s por tener el privilegio de tener ese libro ,porque esos poemas existan y para poder contarlo con orgullo.

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  2. Muchas gracias, el orgullo es mío. Soy un privilegiado. Besos mil.

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