sábado, 16 de abril de 2011

El viaje

Entre niebla y lluvia, un tren que parte.
Atrás se deja el universo entero:
las mismas calles en la medianoche
en brazos de la precaria dicha;
aquellos días en que lo di todo,
las altas llamas de mi corazón,
una puerta con mi nombre y llave
que tú has cruzado siempre a tus anchas
(y da a rincones que aún te aguardan);
¿Cómo ha de actuar mi corazón?
¿En vano venimos a vivir,
a brotar en esta seca tierra?
Cualquier café, la melancolía
punzante de despedirse luego,
las plazas y ciudades, deseos,
libros, costumbres, amigos, sueños...
¿Qué es la vida? Un bien que me otorgaron
y yo devolveré con indiferencia.
Ignoro si vendrás en mi busca.
No lamento haberte conocido.
Me alegra saber que sigo vivo.

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