Rocío es un agua que nada el tiempo.
Sus ojos siempre saben de mis manos.
Es la alegría de muchos sofás.
La que está es ella,
y el resto no sabe.
Dentro de su casa sueño
jazmines sin helada.
Qué estallido saberse tan vivo
mirando a alguna persona buena
a quien persigue la belleza.
Rocío es así. A Rocío las sonrisas
se caen de la fibra del alma
sin abrir tan siquiera la boca.
Ella provoca el verbo,
estimula la novela, los proyectos geniales.
Vivo en su tarde permanente,
esa que me permite abastecerme de su risa pura.
Me hace exclusivamente, exhaustivamente
positivo.
Rocío de lleno existir, su batir de olas suena a gloria,
a atardecer y amanecer de interior.
Rocío cumplidora. Rocío aurora austral.
Mejor me quedo en sus aguas ingeniosas e ingenuas,
de sensibilidad y emoción.
martes, 10 de diciembre de 2013
domingo, 8 de diciembre de 2013
Que venga a estar conmigo
A veces juego a estar enamorado y
entonces me repito una frase de
Bernardo Soares: "La suerte, si quiere,
que venga a estar conmigo".
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Por eso aprendo tanto
Somos personas de la calle que intentan
comprenderse en sus contradicciones
y tenemos que decir muchas cosas.
viernes, 18 de octubre de 2013
Café de los recuerdos
En el Café Riesgo encuentro a un hombre sin cara que me ofrece la memoria de Paul Auster. No me ofrece una botella de bourbon ni dinero sino cada pensamiento, cada recuerdo del autor de Nueva Jersey, la memoria de la tarde en que éste escribió El libro de las ilusiones. Y yo, estresado como estoy con mi novela, acepto encantado.
viernes, 11 de octubre de 2013
El maniquí
A media mañana me levanté, me duché, me afeité y salí a la calle. Con las llaves en las manos me fui a comprar un regalo para mi novia, que era una persona difícil de comprender. Quedé, por otra parte, con mi amiga Cristina, joven y responsable, para que me asesorara a estas alturas de la competición. Tiene que ser aquí te pillo, aquí te mato con las prendas, me dijo. Yo nunca he tenido gusto para comprar regalos. Caminé con ella pensativo. Deseaba comprar algo bonito. Cuanto gastase era lo de menos. Llegamos a Zara, una tienda que está situada en el edificio de Buenavista, a la que había acudido en otras ocasiones de emergencia y entramos por curiosear un poco. Estaba relativamente cerca de casa. Me proponía con ello evitar que me entrasen las prisas. Me gusta mirar las cosas con calma, no precipitarme, ya saben a lo que me refiero. Resultamos ser los únicos clientes pues aquel lugar estaba desierto. De repente Cristina me oyó musitar a los maniquíes: "os quiero a todos", y tuvo que marcharse dejándome solo en tierra de nadie. Vagué durante un rato por los diferentes pisos y anaqueles de la tienda y me perdí entre tanta ropa. —¿Puedo ayudarle?, me dijo la dependienta de turno. Últimamente me lo preguntan cada vez con más frecuencia, no le dejan a uno respirar. Durante unos minutos te vigilan con desconfianza y te espetan un “¿Necesita ayuda?” Al parecer, según el decir general, tienen vigilantes vestidos de calle y si ven que las dependientas no se involucran, las despiden sin miramientos. Hay que andarse con cuidado. Son tiempos convulsos. —No, gracias, solo estoy echando un vistazo, susurré con tono serio. Luego me comentó que en otra vida había conocido a Julio César, a lo cual dedicaré otro día un capítulo aparte. Seguí dando vueltas a la deriva del centro, inquieto, a sabiendas que aquí igual tampoco encontraba lo que buscaba, cuando de pronto… —Pst… —oí. El murmullo procedía de un maniquí que se tiraba un aire a Marilyn Monroe y que estaba situado cerca de la entrada por lo que, a simple vista, no se veía. —Pst…—Volvió a insistir, tras lo cual (y era aún más extraño tratándose de un maniquí de una tienda) me hizo señas con un dedo para que me acercara. ¿Se trataría de un truco electrónico de última generación para animar un poco aquel lugar desolado, tan falto de clientela? Yo sustento la teoría de que los maniquíes, por norma general, no hablan. —Quiero pedirle un favor, dijo amable y luminosa aquella Marilyn elegante, con una belleza fuera de lo común. Si era un truco electrónico no estaba nada mal. —¿De qué se trata?, dije tras la primera reacción de sorpresa. —Es que tengo un poco de prisa, ¿sabe?, contesté, pese a mi timidez. —Necesito que me lleves contigo… —¿Llevarla? ¿A dónde? —A cualquier parte, no importa dónde, necesito salir de aquí, añadió animada y somnolienta. —Mire, no puedo ayudarla, dije a regañadientes pues al hablar con ella me sentí a salvo de la realidad. Pero pensé que si llegara a oídos de mi novia que estaba hablando con un maniquí, podría molestarse. —Por favor, te lo suplico (Se puso de rodillas frente a mí). Aquel maniquí estaba vivo desde luego, era completamente real. Me parecía imposible que un maniquí se moviera y hablara con aquella naturalidad. Nunca había entrado en mis cálculos aquella situación. Era algo bien extraordinario, curiosísimo. Podía pasar cualquier cosa. Se veía que estaba deseando escapar de allí como fuera, de eso no hay la menor duda. Justo cuando ya estaba a punto de rescatarla de aquel lugar grande y misterioso, la dependienta nos interrumpió de manera súbita —¿Puedo ayudarle?. El maniquí se quedó sin brillo, inerte, como una roca. Yo me quedé sin decir nada y me fui de allí tan rápido como pude debido a la impresión, y no me dio tiempo a reaccionar con sensatez. Mientras andaba en dirección a casa con pasos torpes y pesados, intentando ordenar las ideas, sus ojos vagaban todavía en torno mío. Iba cabizbajo dando patadas a las piedras y pensando si aquel maniquí volvería algún día a cobrar vida. Al llegar a casa mi novia me dejó (al final no pude hacerme con su regalo). A partir de ahora está escrito mi destino: arrastraré una vida solitaria buscando a un maniquí como aquel entre los miles de maniquíes inertes. Vuelvo a estar soltero.
martes, 20 de agosto de 2013
Los placeres y los días
Hay muertos ambulantes, muertos sin
futuro que son infinitamente generosos
y me miran a la cara, conversan conmigo.
martes, 25 de junio de 2013
El palacio del azar
"En la vida, en realidad, no hacemos más
que cruzarnos con las personas. Cruzarnos
y siempre por azar. Y separarnos siempre"
(Julio Ramón Ribeyro).
jueves, 13 de junio de 2013
La angustia de Cheever
John Cheever -se te ocurre pensar- lo
leíste hace ya años. "No disimular ni
ocultar nada, escribir sobre las cosas
más cercanas a nuestro dolor, a nuestra
felicidad". Te preguntaste siempre qué
habría querido decir con eso. Te parece
increíble, complejo, que un hombre pueda
escribir sobre todo lo que le pasa sin
ningún pudor. Subir esas escaleras de
sombra interminables que conducen a la
vergüenza polvorienta.1957 fue un año
importante en la vida de Cheever, te dices
mientras el camarero te trae otro
café y un agua con gas. Dejó escrita,
armoniosa y caótica, su primera novela,
Crónica de los Wapshot, que le
valió el Premio Nacional del Libro
(National Book Award), un premio de
deseo y proliferación. Está inspirada
en su propia historia -la de su padre
y su madre en proceso de mirar el
mundo desde la gran ciudad abandonando
el pequeño pueblo de Saint Botolphs.
Le siguió años más tarde El
escándalo de los Wapshot (1964)
que continuaba la saga.¿Adónde va la
felicidad, el dolor? El de Massachusets
va más allá: escribir sobre el
sufrimiento de Tántalo, la magnitud
del desaliento entrevisto en sueños,
la desesperación. Cuenta Andrés
Trapiello que a quien escribe un
diario le acontece la misma cosa que
al fotógrafo, de cien instantáneas
le sirve una solo, y todas las demás
hay que tirarlas. ¿Es que hay que
recordar cien momentos dolorosos y
residir en uno solo? El dolor está en
un orden que es un desorden. ¿El
escritor ha de viajar sobre los necios
túneles de la angustia, sobre el bien
y el mal, todavía fuertes y erguidos?
Estás en el café, reflexionando, con
la lagartija del día mirándote a los
ojos, lírica y fatigada. Te parece
increíble que un escritor tenga que
renovar sus fuerzas constantemente,
dejarse transportar por la belleza
del dolor.
martes, 11 de junio de 2013
Las multitudes interiores
Pizarnik me mira fijamente un buen rato
y acaba diciéndome: "Yo y la que fuimos
nos sentamos en el umbral de mi mirada".
Yo y el que fui, pienso para mí,
vemos vivir y moverse a X, sin que ella
lo sepa.
martes, 21 de mayo de 2013
La Tertulia del rollo
Un hombre no es hombre hasta que no
escribe una novela. Releo un par de
folios de mi borrador en marcha, con
espuma de utopía, como si fuera un lector
X, y me encuentro con el fragmento en
que Max, su protagonista, en una
metamorfosis kafkiana, se transforma
en pájaro. Dice: "Al despertarme me
encontré encima de la acera convertido
en pájaro de la idea. Esa era mi
caótica metamorfosis. Aterricé en la
calle Ruiz de Alarcón justo enfrente
de la casa número 12, donde vivió Pío
Baroja. Ignoré la casa de ladrillo
rojo con su par de miradores como
ignoran los pájaros todo acerca de la
historia de la ciudad". Después,
continúo leyendo, y el pájaro acude al
Parque del Retiro, pasa a ras de la
plaza del Duque de Alba y allí se
topa "con músicos y mendigos que piden
por pedir", casi le cae un libro encima
en la Cuesta de Moyano, tropieza con
bibliófilos, con Poe y Dostoiewski,
tenderetes, mirones, hasta llegar al
Café Gijón. Vuelto Max / protagonista,
en mi novela, se pone el traje
umbraliano de alter ego y entra al
café dice "para sentirse algo. Alguien".
Allí se encuentra con José García
Nieto ("el hombre bueno a quien más
debo en esta vida"), Cela, Pepe Hierro
que fuma compulsivamente, y algunos
otros pero que son gañanes líricos,
con espantables pleonasmos, que no
interesan aquí. Es costumbre, que queda
muy literario, que adelante a mis
lectores fragmentos de mi novela. No
es nuevo, ya lo he hecho en este diario.
En mi novela resucitaré por ejemplo
a la Tertulia del Café Gijón o la de
la revista Ínsula en la calle del
Carmen. De la primera dijo el propio
Umbral sobre el autor de La fundación:
"Antonio Buero Vallejo tiene en el
café su odiador oficial, enfermo y
silencioso, que estaba en otro rincón
diciendo cosas terribles del autor
famoso". O de la segunda: "Recuerdo
un cierto rechazo tácito de Cano
hacia mis cosas. En aquella tertulia
semanal, donde alguna vez vi a
Celaya, nadie me hacía ningún caso,
de modo que no volví". En mi novela
regresarán por inercia varios de mis
referentes: Gómez de la Serna, Lorca...
El propio Max / Umbral tendrá una
conversación profunda con su amigo
Cela ("ciento quince kilos de escritor,
ciento quince kilos de maestro, ciento
quince kilos de tiempo", dejó dicho).
El hombre siempre busca al hombre. Habrá
una buena dósis de ficción en la
Tertulia y así, como la habrá abstracta
pero no abstrusa, en Nueva York, cuando
el conductor del autobus sea Antonio
Muñoz Molina (Muñoz Molina no conduce
autobuses en Manhattan, corrección
que hago para el tonto de la cosa).
Me encuentro en mi libro reciente. Las
tertulias con sus impersonalismos y las
rencillas literarias siempre me han
interesado. Oscar Wilde afirmó sobre
Alexander Pope: "Hay dos maneras de
sentir aversión hacia la poesía; la
primera es tener aversión hacia ella,
la segunda es leer a Pope". De Jane
Austen y sus novelas dejo dichó Mark
Twain que "la sola omisión de los libros
de Jane Austen convertiría en bastante
buena a una biblioteca sin un solo
libro". El propio Max / Umbral hará
guiños a la tertulia de Enrique Vila-Matas
en su Viaje vertical: " Iban cayendo
las palabras, los papeles. En la
Tertulia había poca carnaza que echar
a las fieras pero estaban muy
amaestradas". Sigo con mi novela. La
operación es larga y bonita. Pues hale,
tome usted asiento desocupado lector,
abandonemos al tonto de nuestras
vidas para pintar mucho la novela y
echar un buen vistazo. Siempre lo he
dicho, mi novela tiene mucho que
pintar. Manos a la obra.
sábado, 11 de mayo de 2013
Coherencia de chisme
Iban cayendo las palabras, los papeles.
En la Tertulia había poca carnaza que
echar a las fieras, mortalmente vivas,
pero aún así estaban muy amaestradas.
viernes, 10 de mayo de 2013
Mis hogueras y mis días
Prendo fuegos a la impertinencia,
hogueras con días, calles, fiebres,
horas, pensamientos, luces, miedos.
Estoy anclado en la memoria, condenado
a mi pasado, sujeto a la sublime
felicidad. Prendo fuego a la pluma.
Sí. Hay que incendiar la pluma. A mi
pluma no le va el hielo insoportablemente
frío y distante. Tengo derecho.
Disfrazado de metáfora amanece el día.
Continúo con mi oposición de futuro,
con un tema sobre la novela española
en los primeros años del XX. Me
detengo en Gómez de la Serna, del que
se dice que "nos brinda una de las obras
más prolíficas y diversas de la
literatura española, en tanto
observamos todo tipo de libros:
reflexiones, apuntes, "teatro en
soledad" y teatro representable,
greguerías, efigies literarias,
biografías, crónicas más o menos
periodísticas, obras de crítica
pictórica, artículos, ensayos, otros
libros inclasificables y novelas".
De él dejó dicho Umbral no hace
tanto rato: "Ramón se había inventado
eso de fabricar un poema en prosa a
partir de una pequeña noticia del
periódico". Día metaforizado. Gómez
de la Serna. Fuego. Me da por
rescatar su Diario póstumo y
me encuentro varias greguerías
verídicas y profundas: "El pájaro que
no puede volar disimula ese no poder,
pero siempre hay un niño que lo
descubre y lo agarra". "Colas de cine:
colas de hambre de fantasía". "Ningún
bostezo como el que lanza la maleta
cuando se abre al final del viaje".
"Soy feliz, pero lo que veo es que no
tiene porvenir mi felicidad". Cierro
el libro pensando en lo que veo, en el
porvenir de mi pasado. Día metaforizado.
Gómez de la Serna. Fuego. Solo me
sueña, tras la ventana del café, un
hombre silencioso que soy yo mismo,
extático.
jueves, 25 de abril de 2013
Lo de Machado
Alguna vez lo tengo escrito: "Tras el
vivir y el soñar, está lo que más
importa: el despertar", lo decía don
Antonio Machado. Así que, acostumbrados
como estamos a un mundo que está lleno
de durmientes y en estado de dormición,
despertemos, y hagámoslo por inercia,
profundos, retumbantes y siempre
humanos.
miércoles, 24 de abril de 2013
A través del espejo
Los libros son cualquier edad de la
vida: se acuestan con nosotros por las
noches a comernos en porciones, crean
mundos al niño que pasó por ellos, se
desperezan cada mañana en nuestras
sábanas y nos van humanizando,
civilizando, consiguen que aprendamos
muchas cosas, que leamos a Nietzsche
y nuestro 27, que gocemos a Rilke y
recitemos a Lorca. Nos hermosean como
un sistema de espejos que nos hacen
verlo todo a la vez. Son ejemplares y
hermosos. Amo su forma de hablar, su
voz, su entonación entre varia y
variada, su colonia metaforizante. A
veces me falla la vida pero el viento
de los libros, que es el viento del
mundo, se lleva mi decepción.
lunes, 22 de abril de 2013
Kodaks
Buscaba y no buscaba en Madrid, a palo seco, un poco de calma, encontrar una sombra conocida, la mía propia.
Yo no me entiendo a mí, cómo voy a pretender entender a Madrid.
Madrid es lo que quiera cada uno.
Ya saben lo que decía Pla, que algunos pasamos horas sumergidos en una misantropía flotante.
Me gusta San Lorenzo en abril, ancho, habitado por nuestras sombras de felicidad, que amenazan con abrazarse.
Con tu ausencia queda el ánimo como la casa vacía tras la fiesta, botellas medio llenas sobre la mesa sin horas.
Los pies reivindican el viaje, la historia real y el recorrido.
Abandonemos de una maldita vez el hábito del fracaso. La tendencia de ser un perdedor. Nada sabe de la vida quien no se enfrenta a la realidad.
Yo no me entiendo a mí, cómo voy a pretender entender a Madrid.
Madrid es lo que quiera cada uno.
Ya saben lo que decía Pla, que algunos pasamos horas sumergidos en una misantropía flotante.
Me gusta San Lorenzo en abril, ancho, habitado por nuestras sombras de felicidad, que amenazan con abrazarse.
Con tu ausencia queda el ánimo como la casa vacía tras la fiesta, botellas medio llenas sobre la mesa sin horas.
Los pies reivindican el viaje, la historia real y el recorrido.
Abandonemos de una maldita vez el hábito del fracaso. La tendencia de ser un perdedor. Nada sabe de la vida quien no se enfrenta a la realidad.
viernes, 19 de abril de 2013
El buen recuerdo
"En el lugar estará siempre quien nos
lo descubrió y el momento de nuestra
vida en el que gracias a su mediación
lo conocimos" (Antonio Muñoz Molina).
jueves, 18 de abril de 2013
Leyenda de la Tertulia Visionaria
En la Tertulia, con la puerta cerrada
para muchos pero siempre abierta al
personal, había algunos -los menos-
que se negaban al rollo porque daban
caramelos envenenados. Un rebaño de
ovejas pastaba en los pasillos del
café-bar con libros de viejo, todo se
movía que dijera Galileo. Esto de la
Tertulia era más bien el cementerio de
las conversaciones sibilinas y
silabeantes, en un simulacro de
velocidad como ocurre con todo lo
malo (esto ya lo veía yo entonces).
Un lector de Kafka habría visto como
personajes kafkianos a aquellos
desclasados sin mucho refugio y así.
Pero voy viendo que esto es tema que
puede dar para mucho. Solo diré,
recapitulador y optimista, que allí
había mucho bombero / Farenheit que
quemaba libros con ingenio. Y así les
va. Esta mañana he pasado junto al
café-cementerio y estaba ardiendo.
jueves, 11 de abril de 2013
El frío de la literatura
Sí. Es la literatura: ese enigma del que
el escritor es rehén, que el escritor
ama con su mejor amor y sin tenerle
cogida la maña. A veces la literatura
nos hace libres pero como un medio
frío y una lucidez blanca.
miércoles, 10 de abril de 2013
Sabato y Sabina
En estos días he releído España
en los diarios de mi vejez, de
Ernesto Sabato, es uno de esos libros
que no se abandonarán. De manera cálida
y soleada, Sabato dice del cantante
de Úbeda: "Anoche fuimos a casa de
Joaquín Sabina. Aunque recién nos conocemos,
creo no equivocarme al afirmar que él
habría sido uno más entre las tertulias
de nuestros viejos compositores de tango.
Puedo verlo acodado a la mesa de un bar,
con su vaso de whisky, hilvanando
metafísica y existencialismo con el
humo de su cigarrillo. Quizá porque su
espíritu alegre y apasionado,
disparatadamente andaluz, me recuerda,
a la vez, ese trasfondo descreído,
trágico e irreverente, como el de los
hombres que poblaban los viejos
cafetines porteños". Recuerdo que
Ernesto nos ha dejado aunque su
recuerdo está muy vivo. Y nosotros
no sabemos si venimos o vamos pero
le ponemos, como dice Joaquín, una
gota de pasión a cada nota que nos
queda por cantar.
viernes, 5 de abril de 2013
El embate de la crisis
Leído en María Zambrano: "Las crisis
muestran las entrañas de la vida
humana, el desamparo del hombre que
se ha quedado sin asidero, sin punto
de referencia de una vida que no fluye
hacia meta alguna y que no encuentra
justificación. Entonces, en medio de
tanta desdicha, los que vivimos en
crisis tengamos, tal vez, el privilegio
de ver más claramente, como puesta al
descubierto por sí misma y no por
nosotros, por revelación y no por
descubrimiento, la vida humana, nuestra
vida. Es la experiencia peculiar de la
crisis. Y como la historia parece
decirnos que se han verificado varias,
tendríamos que cada crisis histórica nos
pone de manifiesto un conflicto esencial
de la vida humana, un conflicto único,
radical". Se nos enmaraña el tiempo con
esta crisis, pienso yo,
aunque no sé su medida, si
tiene alguna.
martes, 26 de marzo de 2013
Entre la oportunidad y el halago
La Tertulia estaba plagada de odiadores
oficiales (o asiduos del café) que
decían cosas lamentables del autor
famoso.
jueves, 21 de marzo de 2013
Una semejanza con Paul Auster
Cada obra tiene la cara de su escritor
y mi novela tiene la cara de Paul
Auster.
martes, 19 de marzo de 2013
33 primaveras
Porque las primaveras escriben, confusamente,
soledad.
Miro y veo el garito con sueño,
con inquietudes intactas,
con poemas doloridos sobre la mesa.
Miro y veo el garito con sueño,
con inquietudes intactas,
con poemas doloridos sobre la mesa.
Uno, que solo ama palabras,
imagina estar amando democracia
cuando oye tu cuello,
cuando tu corazón es un cuerpo a cuerpo
entre dos utopías
y decididamente
somos designios verdaderos que se callan,
cuando el lenguaje
se siente todavía encendido
y la oscuridad vislumbra verbos torpes.
imagina estar amando democracia
cuando oye tu cuello,
cuando tu corazón es un cuerpo a cuerpo
entre dos utopías
y decididamente
somos designios verdaderos que se callan,
cuando el lenguaje
se siente todavía encendido
y la oscuridad vislumbra verbos torpes.
Somos nuestras palabras.
Nos salvan nuestras palabras.
Nos salvan nuestras palabras.
Hoy, día de una nueva primavera,
la vida me reclama un rostro inexperto.
En mi paciencia
se encadenan las palabras,
y las emociones de cuero
apuntan a un mundo que me invita a pasar
y apoyarme en su barra.
la vida me reclama un rostro inexperto.
En mi paciencia
se encadenan las palabras,
y las emociones de cuero
apuntan a un mundo que me invita a pasar
y apoyarme en su barra.
En la tierra de nadie
las primaveras escriben soledad.
Son locales para resultar universales,
encierran mis sueños entre paréntesis
como el libro mismo.
las primaveras escriben soledad.
Son locales para resultar universales,
encierran mis sueños entre paréntesis
como el libro mismo.
Porque todo regresa hacia las dudas,
igual que Astillero, los ojos y los desiertos.
igual que Astillero, los ojos y los desiertos.
Ahora,
soy un garito con sueño, confusamente,
una inquietud intacta,
con poemas doloridos sobre la mesa
que nunca se apartan de mi lado.
soy un garito con sueño, confusamente,
una inquietud intacta,
con poemas doloridos sobre la mesa
que nunca se apartan de mi lado.
jueves, 14 de marzo de 2013
Perros de la memoria
Los recuerdos son esos perros pacíficos
que nos persiguen a medida que avanzamos
porque les dimos de comer un día y nos
transportan, por una caricia, lejos del
lugar en el que estamos.
martes, 5 de marzo de 2013
Poeta en Mondragón
LA CONDENA
Estoy aquí, condenado a la vida eterna,
a vejez sin llanto.
LEOPOLDO MARÍA PANERO
Cae la nieve babeante,
los copos gimiendo como ratas rotas.
Viajo sentado, noche tras noche,
en una silla de manicomio
mártir de un frío que apesta.
La tumba sabe el claustro del ovido.
La tumba sabe el lastre de mi carne.
La tumba sabe desnudar a la flor.
Siguen gimiendo, siguen gimiendo
a la luz de las estrellas
mientras me río sin dientes
de todos los condenados
que bailan con el diablo,
como una manada de vampiros,
a lo largo de la nada.
SOMBRA
Mañana será un buen día.
Mañana será un buen día
y seré un moribundo
que se arrastra sobre la página
para desviarse del tema
y que insectos invisibles se alimenten
de mi figura humana.
LA VIDA ETERNA
Con el disparo
de la página el hombre
se cae cazado.
CALLEJÓN SIN SALIDA
Ah pájaro desorientado
que persigues al hombre
donde no hay nadie
autoespejo de la nada.
Tú que convocas el vuelo
cruel de la certeza
y tienes la pistola en la sien
de la locura: dejas por doquier tu vientre
en la página en blanco.
LECTURA
No es el invierno,
es la ceniza terca
sobre el poema.
LA PESADILLA ATROZ DE VIVIR
Ciervo es el recuerdo, cielo es la flor
que no perdona y me asalta
como una página que acorrala mi ser.
Cae contra los hombres
disparo en la nieve
que me ladra o no me ladra
día a día, soy un silencio
que se escapa sin labios.
Ah ciervo que hiere la noche
con sus interminables siluetas
y yo me quedo solo
en la tierra cruel de la memoria.
EL FIN DE NUESTRAS VIDAS
Muere otro loco, cae en el negro agujero.
Y otros locos arrojan piedras negras
a la rosa cruel sobre la nada
donde ni está mi huella ni la del hombre.
NOCHE
Muda y atroz
la palabra
dentro de mí.
Y el verso es como si flotara
una noche.
Y la palabra tiene
el color de la noche.
Voz en el desierto
donde se deshace la oscuridad.
DANZA EL SEÑOR MISTERIOSO
Nombre al oído.
El Señor Misterioso
besa al demente.
HOMICIDIO
¡Navega, aspid, navega
lo que el hombre ignora!
Navega por donde todo apesta.
Página pálida por donde la vida se pudre.
Panero lo dijo,
cuando la mano termina de escribir
hay huellas de sangre en el poema.
domingo, 3 de marzo de 2013
Cuestión de distancia
Entrar en una librería de saldo es
abstracto y desolado para cualquier
escritor impresionable, es como la
paráfrasis recelosa del olvido: en
sus nichos de madera y barricada ya
los libros tienen una belleza que
entristece, una sombra sin color que
vive y se desvive por esa ciudad de
notable desentendimiento.
jueves, 28 de febrero de 2013
miércoles, 27 de febrero de 2013
Calle elemental
Hay calles completamente desiertas, pues no lo son de verdad. Una calle desierta puede ser un caos de gente ninguna, porque los que pasan, pasan por ella como si estuviese desierta, como si fuese una razón olvidada.
martes, 26 de febrero de 2013
Milímetros
"Soy todo yo una vaga añoranza del presente, anónima, prolija e incomprendida".
"No creáis que escribo para publicar, ni para escribir ni para hacer arte siquiera. Escribo porque es el fin, el refinamiento supremo, el refinamiento temperamentalmente ilógico, de mi cultivo de estados de alma".
"Quien no tiene Dioses nunca tiene tedio".
"He naufragado sin tormenta en un mar en el que se puede estar de pie".
"La vida es un ovillo que alguien ha enmarañado".
"Es la última muerte del Capitán Nemo. En breve, moriré también. Ha sido toda mi infancia pasada la que en este momento ha quedado privada de poder durar".
Fernando Pessoa, Libro del desasosiego de Bernardo Soares, Seix Barral, 2oo8.
"No creáis que escribo para publicar, ni para escribir ni para hacer arte siquiera. Escribo porque es el fin, el refinamiento supremo, el refinamiento temperamentalmente ilógico, de mi cultivo de estados de alma".
"Quien no tiene Dioses nunca tiene tedio".
"He naufragado sin tormenta en un mar en el que se puede estar de pie".
"La vida es un ovillo que alguien ha enmarañado".
"Es la última muerte del Capitán Nemo. En breve, moriré también. Ha sido toda mi infancia pasada la que en este momento ha quedado privada de poder durar".
Fernando Pessoa, Libro del desasosiego de Bernardo Soares, Seix Barral, 2oo8.
jueves, 21 de febrero de 2013
Sueños vagos
Tuve un sueño, como Soares: "Ha sido
en un cuadro, sí, donde te he visto.
¿Pero de dónde me viene esta idea de
que te vi acercarte y pasar a mi lado
y yo seguir, sin volverme para atrás
para estar viéndote siempre todavía?
Se detiene el Tiempo para dejarte
pasar, y yo te amo cuando quiero
colocarte en la vida -o en la semejanza
de la vida.
sábado, 16 de febrero de 2013
Interludio de novelas perdidas
Uno busca, derrotado y derrocado,
su novela durante años y años, en
las calles, en la atmósfera, en el
intelectualismo, en la sombra, en el
rastro, y de repente, zas, en ese
mismo lugar por el que habíamos
pasado miles de veces, aparece con
cara de no haber roto un plato en su
vida.
jueves, 7 de febrero de 2013
Sacando conclusiones
Me levanto pronto, entre nueve y nueve
y media. Abandonando cualquier otra
lectura me encamino
hacia el Amado siglo XX,
de Francisco Umbral. Anoto esta idea:
"Si a los veinte no eres ya un
escritor lorquiano, es que no lo vas
a ser nunca. Yo respeto a los escritores
sin estilo, con carencia de fraseología.
Los respeto, pero no me dicen nada.
Andar por la vida de escritor sin
estilo es como andar por los mares sin
vocación de marinero. La manera de
decir las cosas importa mucho más que
esas cosas. Cuando se ha contado algo
sin manera es como si no se hubiera
contado nada. La cosa no existe porque
la nombremos, sino porque la nombremos
de determinada manera". Tengo que
escribir con estilo de lo que pasa hoy
y de lo que no pasa, sencillamente.
Sencillamente.
martes, 5 de febrero de 2013
Sociabilidad inteligente
No sé si fue Pessoa, si Senancour,el
que dijo esto: no hay espejo que nos
dé a nosotros mismos como fueras,
porque no hay espejo que nos saque de
nosotros mismos.
lunes, 4 de febrero de 2013
Tu regreso
En medio del deterioro de una amistad,
¿qué significa una mirada al recuerdo?
El río borra a veces los rostros en
lista de espera. «Cuándo quedamos»,
susurra el futuro en mañanas de
febrero barroco, de sol y viento. O
sea, ni frío ni calor. Así estamos.
Te lo dije una vez: "Yo, Alicia, es
que prefiero cuando regreses". Avenida
de Cantabria, uno se esfuerza con los
cinco sentidos en ver lo invisible,
aquello que dé al corazón un calor
verdadero, en levantar los ojos para
mirar a las aguas del río del ayer
a la cara. «Cuándo quedamos», dice el
futuro exhausto. Pero llueve sobre
mojado y ya nos han contado todos los
cuentos que planean en uno como un
gramófono anticipado. Como es lógico,
es angustioso saber que a veces, tras
las aguas de un río, lo que espera es
el olvido canalla y su cólera. Hay
amistades que nos parecen igual de
guapas, con en el peso de los años, pero
la vida las llena de sueños confusos.
Hay amistades que tienen días de cuchillo,
una espada de rebeldía. Pero hay más,
hay otras de altas temperaturas en las
que comprender es olvidarse de amar.
Y amar es haber amado. La dejadez
atronadora convierte entonces la actitud
en metáfora del sentimiento de soledad.
Cuando me distraigo, veo claramente. Si
te distancias como mera tiniebla, brindaré
por el silencio efervescente que cierra
todas las puertas. Así se van los días.
Y todo depende de los intereses creados
de cada cual. Por eso no conviene
desentenderse de las decisiones
personales de cada uno. Importa más
mirarse a los ojos. Aunque es difícil,
es un recurso imprescindible. «Cuándo
quedamos» susurra el eco restallante
de nuestro futuro imperfecto. «Cuando
regreses, Alicia, como el agua a las
márgenes del río del recuerdo».
jueves, 24 de enero de 2013
Invitación de último minuto
Una cosa que hay que hacer siempre
al iniciar un invierno es pasarse
una hora en el café La Corte, para
detener el reloj, o cuando menos
tres cuartos de hora. Ya que todo
está igual en este imperfecto
Universo en que vivimos y lo único
que hace la política impertinente
es continuar con la crisis, vámonos
a La Corte, ola natural de mi
ánimo, donde el frío no llega ni
el peso de los años. "Qué nos
espera / si nieva en la memoria /
de quienes fuimos" escribí no hace
tanto. Vayamos a La Corte vestidos
de mayo. Es saludable brindar por
un recuerdo verdadero o falso sin
que sepamos muy bien cómo,
solemnizar cada momento. También
lo es, según el grado de cercanía,
brindar por la otra orilla y la
ciudad baja. Por la tempestad del
viajero y las memorias de un
desmemoriado. Vamos, pequeña, a
La Corte, vestidos de madrugada,
a defender cosas indefendibles y,
al cabo de unas horas, los
pensamientos se cerrarán como una trampilla.
Somos los alrededores de La Corte,
la novela que vamos escribiendo
al aire e inconjugable. Vámonos
a La Corte al fin arbitrarios,
geniales, tiernos, relojeros,
débiles, triunfantes y arriesgados.
jueves, 17 de enero de 2013
Lorca
Lorca, exclusivo, refulgente,
definitivo, sensible, sublime sin
interrupción, porque te da la
gana. Lorca, duende, las alas del
vitalismo andaluz. Lorca, duende,
nada te mata, todo te hace más
fuerte, por tus plazas de plateresco.
Lorca, duende, que barres para
dentro, fuerza centrípeta. Y ya
regresan los sonidos negros, negros
de betún, tú quieres ser tú, la
imaginación es un hecho del alma
y rompe copas en la madrugada,
las iguanas vivas muerden a los
hombres que no sueñan. Lorca,
todo es otra cosa. Todo está
queriendo ser. Lorca, magia en la
mañana viva, hebilla luciente y
gastada. Lorca, García Lorca.
miércoles, 16 de enero de 2013
La vida en este caso
Sigo con Soares que nunca defrauda:
"Me pierdo si me encuentro, dudo
si opino, no tengo si obtuve.
Como si me pasease, duermo, pero
estoy despierto. Como si durmiese,
despierto, y no me pertenezco. La
vida, al final, es en sí misma,
un gran insomnio, y hay un
aletargamiento lúcido en todo
cuanto pensamos y hacemos". La
vida, pienso yo ahora, es ir al
Rastro en busca de algún aforismo,
ver a mi sobrino de locura Ager
riendo mientras le miro, algunos
atardeceres, la escritura de un
poema en el café Cires, mi Alicia,
Madrid y sus contradicciones,
habitar los sueños pendientes, el
mar que me salva del naufragio,
saber que no te rindes aunque el
mundo se agriete.
martes, 15 de enero de 2013
Somos
Decía Bernardo Soares lo siguiente:
"Sabio es quien monotoniza la
existencia, puesto que entonces
cada pequeño incidente tiene un
privilegio de maravilla. El cazador
de leones no tiene aventuras más
allá del tercer león. Para mi
cocinero monótono, una escena de
bofetadas en la calle tiene siempre
algo de apocalipsis modesto. Quien
no ha salido nunca de Lisboa viaja
al infinito en el tranvía cuando
va a Benfica y,si un día va a
Cintra, siente que ha ido a Marte.
El viajero que ha recorrido toda
la tierra, de cinco mil millas en
adelante no encuentra novedades,
porque solo encuentra cosas nuevas;
otra vez la novedad, la vejez de
lo eterno nuevo, pero el concepto
abstracto de novedad se quedó en
el mar con la segunda de ellas".
Cierro, cansado todo yo, el
Libro del desasosiego. Así se van
los días, si monotonizar la existencia
para que no sea monótona. Pero
no es tarde. Estar vivo no es un
fracaso. Sé guerrera, busquemos
ese mar en el que quedarnos. La
isla será nuestra como nuestro es
el futuro. Habrá bengalas que nos
iluminen para salvarnos de la
escarcha y los piratas. Somos otros.
Mañana no será lo que la Monotonía
quiera.
jueves, 10 de enero de 2013
Despierto
Despierto y el dinosaurio sigue ahí.
Veo claro el argumento de mi novela.
Quince folios, con mucha ilusión
y con la sensación de que aún no existen los problemas.
Despierto, el caso es que es enero y yo te amo.
Suerte, imagino, el no deber nada a nadie,
cuidarse de la amargura,
que mi fiebre sea el optimismo,
relativizar el éxito y el fracaso
como Bogart en Casablanca .
Pasa el tiempo y no es malo,
con la sonrisa prendida en el rostro.
La prima de riesgo está por los aires.
Pero aquí estamos, entre la realidad y el deseo.
Despierto, como te digo.
Es enero y yo te amo trepando al árbol del pecado,
ése mismo en el que tallo nuestros nombres,
te busco para convencerte de que estamos a tiempo
(adhuc tempus se decían las viejas leyendas).
El futuro es nuestro. Sé que insisto mucho,
espero que me perdones, pero continuamos en el viaje.
Estamos despiertos. Ahora más que nunca.
miércoles, 9 de enero de 2013
Cartas desde el insomnio
Me entretengo leyendo, imagen
interior de mí, los diarios de
Andrés Trapiello. En esta ocasión,
temblorosa de fiebre y frío, le
toca el turno a
Apenas sensitivo (Pretextos,
2011). Me quedo lírico y preciso
en la carta futura recibida en 2003
desde el 2009 (que, digamos, es un
recurso muy literario) en la que
un amigo X le incita a que deje de
escribir su novela en marcha.
Apreciación (ganas de no hacerle
trabajar) con la que su mujer M.
está de acuerdo. Y le dice: "Estoy
de acuerdo con X, esos libros son
el proyecto de un romanticismo
suicida. Acabarás quedándote solo:
unos querrán irse de tu lado,
porque les dará miedo estar junto
a alguien que puede contarlo todo,
y no querrán compartir nada contigo,
unas veces por temor a ser
juzgados o simplemente narrados, y
otras, por el contrario, cansados
de que hables ya de todos menos de
ellos. Desde luego me apenaría que
esos libros dejaran de escribirse,
porque son nuestra vida, la tuya,
la de los chicos, la mía, y sabes
cuánto me gustan pero todas las
cosas tocan a su fin. Lo que hayas
escrito de la vida, vida será, y
nadie podrá quitárnosla ni a ti ni
a los que nos encontramos en ella".
A mí me recuerda, nada importa y
todo es repetición, a mi futura
mujer de 2019 que me llega ahora
en 2013, a mi Alicia particular.
Algo así. De momento le parece
genial y fascinante que escriba
sobre mis recuerdos o manías,
aunque haga exceso de sentimiento,
exceso de prosa, exceso de todo.
Para acabar el día escribo una "Carta
desde el insomnio", que nunca verá la
luz: "A veces en mi cuarto metafísico, /
ocupado en tachar alguna página, / he
sentido entrar por las ventanas / al
reloj de la noche. / ¿Es que nadie
conoce mi desorden, / quiero decir, que
soy / un animal nocturno? / Como odio
el lugar común, me pongo el abrigo, /
empiezo a caminar de este a oeste /
recibiendo una luna que es ajena. / Al
quedarme más solo que yo mismo /
toco el brazo / de las pequeñas lluvias
y los cielos salados, / tanta gente en
la calle que sale bien peinada / y
escribe sus historias / por crear un
autor / a la medida de su gusto. /
Hay tanta dignidad en los garitos. / La
escritura es un signo muy visible /
en estas horas frías. / Luego regreso
a casa, muy cautelosamente, / dibujo
al margen del papel, / espío en la
ventana. / Desde la habitación, a
tientas, / respiro el tornado de la
literatura".
jueves, 3 de enero de 2013
Un mal sueño
En sueños me encontré una muchacha
alta, indiferente, secreta,
atrozmente invernal que se
encaminaba hacia mí. De pronto,
intenso y breve, su rostro estaba
cerca del de Nicole Kidman y,
durante los siguientes nueve
minutos y medio, sus facciones se
transformaron en las de Cristina
Rosenvinge. Era un mundo aparte.
Se creía una persona / personalidad.
Comenzó a recitarme, para atención
del personal, lo que, según me dijo,
eran unos versos míos que discretamente
le había dedicado tiempo atrás:
"Tu rostro no es tu rostro / es un
beso que llega del pasado. /
Escribo para que me leas, / para
despertar cierto interés / a su
debido tiempo". Al acabar de recitarme
me fijé, pero ni tenía inquietudes
vitales ni sabía lo que era eso.
En sueños a veces nos encontramos
personas engatilladas y amargas que,
por tener orgullo, se quedan más
solas que la 1, en clave de frío.
Como la muchacha de anoche. Justo
cuando iba a despertarme y dejarla
atrás, me dijo que no la abandonara,
que no la dejara sola en tierra de
nadie. Sacó entonces unas líneas
de una carpeta azul, que me
recordó mucho a la del poeta
ovetense Ángel González. A veces
juzgamos con aparatosidad a los
demás. Y es que hay palabras
tranquilas que aciertan y caen,
como una piedra, en el fondo del
alma: "Que tu norte no se olvide
nunca de mi invierno", me dijo
(lo cual en absoluto es malo). De
repente su rostro volvió a ser
su rostro en mi sueño rebelador y
revelador, con be y con uve. Al despertarme,
perdido, quise regresar de nuevo
pero medité que antes de ponerse
a soñar, hay que saber donde
vamos, y cuál es el mejor camino.
Y es que, como dijo Umbral, la
amistad es más fuerte que la
familia o el amor. Según qué
amistad, claro.
miércoles, 2 de enero de 2013
Veracidad
Acto de barbarie: dejar el folio a medio camino, no perderse en el tiempo de un cuarto o no ser la herencia del recuerdo.
martes, 1 de enero de 2013
Nuestra patria es el trayecto
Es difícil influir en la realidad
en la que vivimos si somos meros
espectadores en un tiempo de descrédito.
O participamos de ella por
definición, o no somos. Pero hay
días en que me levanto con una
esperanza con mayúsculas, humana,
perfilada, refulgente, neta, si tú
me miras. Las barras de los bares,
los lugares desconocidos, la conversación
de tus estudios, la playa de S.
Lorenzo han aprendido de memoria
a convivir contigo. Tu tren vital es
maravilloso. Cuando vienen días
grises, si me veo necesitado de energía,
vienes por los raíles del tiempo hasta
mí, tan viva y con tanto presente. A
veces necesitamos saber que le importamos
al otro. Les doy la lata con los
trayectos porque pienso, a menudo, en
las sílabas de mi futuro. La verdad es
que creo en nuestra coincidencia, en
nuestro poder de decisión. Nada está
escrito.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)