sábado, 23 de abril de 2011

El mundo gira

Me encontré, inesperadamente, en la estación de tren con C., del Instituto. Han pasado unos quince años y no me he atrevido a decirle nada. Pero me ha invadido, he de confesarlo, una íntima alegría. Aunque fue algo sumamente fugaz, ¿ella habrá logrado recordarme? Yo creo que sí. Ella suspira y en su suspiro queda congelada mi sonrisa. A veces piensa uno cómo sería su vida si escogiera otros caminos, si tomara otras decisiones. ¿Qué le impidió a mi alma tranquila dar el paso? Acaso C. encontraría ante sí al muchacho tímido y torpe que fui y sigo siendo. Cierra uno los ojos y respira hondo la belleza de su perfume. "Todo diario es el camino hacia la novela de una vida", decía Trapiello. Ojalá el personaje de C., que desfiló hoy por mi novela, se hubiera rebelado contra mí, como en Niebla, y me hubiese dicho algo. "Encantada de volver a verte" "Qué prisa tienes" "No te vayas". Esa conversación futura quería hablarle a mi diario, pero no se ha producido. Lo anoto todo mientras estoy de viaje. Al llegar a Gijón me dejo perder tranquilamente por las calles, mirando a uno y otro lado, con C. en mi pensamiento. Su reencuentro fue el momento más emocionante del día, junto con los sms de X, que reconfortan y son el mejor bálsamo. ¿Volverá uno alguna vez a ese lugar en el que fue feliz y halló lo hermoso? El mundo gira. En tu busca camino. Estaré de ojos abiertos en la quietud de cualquier vagón. Somos los que no fuimos.


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