viernes, 22 de abril de 2011

Memoria

Y ayer, resulta extraño, después de estar en Avilés, ha vuelto uno a la Ría de Solía en sueños. Astillero siempre está en el regazo de uno mientras atraviesa las calles avilesinas, cuando queda encallado entre las aguas cristalinas de su ría, con la luz del primer sol. No hace uno anotaciones de diario pero lo conserva todo intacto en su mente, al recordar los viejos versos de "Un secreto": "Voy a contar las sílabas de este día: / el ruido de unos pasos sigilosos, el tráfago de la muchedumbre, / el placer de dejarse llevar / entre el bullicio de las calles / paseando al azar, / extrañamente feliz. / Voy a conservarlo todo en mi memoria: / el cielo dorado en Astillero, / tu sonrisa y el plácido aroma de tu pelo, / y la indolente lentitud, / y los versos de Omar Khayyam, / y la luz suntuosa en el atardecer... / Nunca voy a tener olvido de este día: / fuego que no se acaba cuando todo se apaga, / domesticado paraíso de bolsillo". No es tarde pues vivimos. Hoy es siempre.

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