martes, 24 de julio de 2012

Sobre un tema de Joseph Joubert

Los poetas tienen cien veces
más sentido común que los filósofos
y al buscar la belleza
encuentran más verdades
que los filósofos
buscando la verdad.

sábado, 21 de julio de 2012

Privilegiado

Gijón es una ciudad muy presumida. Llega uno y le enseña su mar y sus callejas, y un sol como el de los mejores días. Se encamina uno sin cansancio, con zapatos nuevos y relucientes, hacia Jovellanos y saca en préstamo Hijos sin hijos, de Vila Matas e Inquietudes bárbaras, de Luis García Montero. Lee en ellos: 1. "Después de todo qué somos, qué es cada uno de nosotros sino una combinatoria, distinta y única, de experiencias, de lecturas, de imaginaciones". Y 2: "La ciudad, por su parte, sigue hablando de pasos de cebra, de leyes, de razones universales, del cumplimiento de las normas, de los derechos inalienables, de los valores de la cultura occidental". Deleitosa madreselva uno va, se dirige, a Personajes y compra repentinamente y para siempre Beatus Ille, de Antonio Muñoz Molina. Le asalta a uno entonces tu recuerdo, vivito y coleando. Es una verdadera lástima que no estés aquí, lectora amiga, para regalártelo y charlar de esto y de lo otro. Tus palabras se han ido fuera de Asturias pero siguen estando aquí, y no han caído en saco roto. No todo el mundo está en condiciones de escuchar. Me sé, por ello, privilegiado.


viernes, 20 de julio de 2012

Malos sueños

La escena me araña los pulmones.

El tren se extravía

sin llegar a nuestra cita, en el Llano.

Pero no se lleva las ganas de buscarte

como luciérnaga inquieta.

De pronto, saludo al nuevo día.

Perezoso bostezo

y soy la estela del primer rayo.



He despertado y me esfumo de los malos sueños

mientras el mundo tiembla.

Hoy es siempre todavía,

y lo sé bien.

Desaparezco como el explorador

que avanza y llega al fin, hasta ti,

como Ulises tan al borde de tus ojos,

con su archivo de mejores gestos y palabras.




Y entonces uno se siente menos solo.

Ya estás aquí y el dinosaurio se marcha.

Seguimos soñando.


jueves, 19 de julio de 2012

Sombras iguales

Con Hermann Hesse en el café La Corte: "-Es para mí una alegría, querido Harry, poderle hacer a usted hoy un poco los honores. Muchas veces ha estado muy cansado de la vida; se afanaba por salir de aquí, ¿no es verdad? Anhelaba abandonar este tiempo, este mundo, esta realidad, y entrar en otra realidad más adecuada, en un mundo sin tiempo. Hágalo usted, querido amigo, yo le invito a ello. Sabe muy bien donde se oculta ese otro mundo, y que lo que usted busca es el mundo de su propia alma. Solo dentro de su mismo interior vive aquella otra realidad por la que usted suspira. Yo no puedo darle nada que no exista ya en su interior. Yo no puedo presentarle ninguna otra galería de cuadros que la de su alma. No puedo darle nada: solo la ocasión, el impulso, la clave. Yo he de ayudar a hacer visible su propio mundo; eso es todo".

Museo

Motivos: la tinta, el papel, el café y las hermosas mujeres. Una postal de París con Leonardo Da Vinci y la calle Château du Clos Lucé. El retrato de Dorian Gray. El cartel de El club de los poetas muertos. Cualquier poema de Claude Roy. La vieja "Carta abierta a una chica progre" que encontré en el Cajón desastre, de Ponferrada. Tu manera de ocupar un lugar en la tierra. Los ejemplos del ejemplar pasado. Los freudianos. Las tardes en el Fontán, entre libros y enigmas. La tendencia de dejarse llevar. El tránsito de la vida. Por qué no, tus ojos deseados. Tres versos de Joan Margarit: "Miro sonriendo la fotografía. / Amamos mucho tiempo. / Tarda en marcharse el sol de los retratos". Las ciudades que son como las personas. La flor de cada instante. Marcel Proust. Llamazares. Lorca. Benedetti. Borges. El Hotel San Jorge de mi adolescencia. Las noches de insomnio minuciosas. El rumor del río Asón. La luna en el British Bar, misteriosa pero suave, como linterna vieja. Una llave entre las manos. La sonrisa de Ángela en la mirada del viajero, que se repite y se repite. El Café La Corte de entre todos los cafés del mundo. Los trayectos de tren. Los poemas escritos a medias con algún escritor universal. Uno y el universo. La mano invisible del tiempo. Tu provincia de tedio y plateresco. Lo fugaz. Lo instantáneo. La encrucijada de estrellas. Los aforismos que alguien tira por el camino. La gente que una vez encontramos, y que somos nosotros. Las estaciones del mundo. La lluvia, aunque a veces no sea la de París, Barcelona o Astillero. La vaga sospecha de unas vidas. Lo perdido. La jodida e inesperada llegada de la muerte.

miércoles, 18 de julio de 2012

Mi verdadero amor

De entre los libros que me encuentro con la mudanza, antes de desalojar mis recuerdos, las Canciones de Bob Dylan, que he leído con placer. Dice así una de ellas al abrirlo: "Si vas a la feria del País del Norte, / donde los vientos agitan con fuerza la línea fronteriza, / dale recuerdos a una chica que vive allí. / Ella fue, una vez, mi verdadero amor. / Si vas cuando las tormentas de nieve, / cuando los ríos se hielan y el verano termina, por favor, fíjate si lleva un cálido abrigo / que la proteja de los fuertes vientos". Cierro el libro. A veces parece que no te veo pero sí. Te diría que tengos sueños valientes, que nunca es tarde mientras nosotros nos enamoramos y el mundo se derrumba. Te diría que sigo pensando en ti, y estaría en lo cierto. A veces, ya sabes, la gente piensa que tienes una belleza arrebatadora. Qué sé yo. Me nacen alas solo con tus palabras. Te busco en cada poema y en cada fracaso. Y allí estás tú, vestida de cálido abrigo, como en la canción, salvándome de todos los naufragios, de todos los incendios. El caso es que en un ejercicio de sinceridad maravillosa siempre vuelvo a ti. Así están las cosas. Y ando inquieto. Con mis ganas de verte. Ya queda menos.

martes, 17 de julio de 2012

Tú y yo en Ponferrada

Sensación extraña de deambular / caminar por las calles como en un cuento en el que inventamos cosas, y en ese plan. Pero la vida no es como en un cuento ni tampoco un poema aunque soñemos muchas cosas. Es un movimiento perpetuo, se decía Monterroso, hablador y anunciante. Hoy me siento bien, un Julio Llamazares que mira y admira la Catedral por sobre el fondo del agua de un charco, que no sorteo. Releo estas líneas: "Era como si la Catedral se hubiera dado la vuelta, como si, de repente, se hubiese inundado de agua y las vidrieras se reflejaran en ella como los árboles en el río cuando en verano nos íbamos a bañar". Me hago mucho Llamazares, mucho. Sus aguas del olvido están hechas a mi medida. La memoria se baña entonces en las aguas que hemos vivido hace ya quince años. Mi patria es mi infancia. Y tu ausencia hiela mientras todo te nombra, y aspiro a ser Hamlet, o el joven Werther, o Don Quijote, o David Coperfield, a ser otro en otros paisajes y horizontes más amables, a estar contigo en Ponferrada, solos tú y yo, atreviéndonos a alzar la voz y a compartir los sueños. Promesas de un mundo mejor.

lunes, 16 de julio de 2012

Mañana,... mañana no sé

No quiero olvidarme del futuro.

Si se observa bien, siempre hay un olvido

cantando en medio del pasado.

Siempre hay un transeúnte que es

solamente un recuerdo, una huella.

Las brasas nos iluminan. Me da miedo pensarlo.



Y mañana,... mañana no sé.

Encontraré la cordura enloqueciendo un poco más,

yo que soy lunático y marciano,

espontaneidad artificiosa,

ideas que van y vienen. Mañana no sé.

Serás más bella porque te desearé más.

Todos huirán a la playa

o a otros brazos.

Sobreviviré a los atascos imposibles

buscando seres terriblemente poéticos.



Cuántas vidas como la mía,

que no quieren olvidarse de su futuro,

como yo, que te quise con la confianza de un niño.

Pero a lo que íbamos.

Mañana no sé, encontraré la cordura

jodidamente enloquecido,

gritaré tu nombre al otro lado de la calle.

El de toda la vida.


Y no será lo que Dios quiera.

domingo, 15 de julio de 2012

La mentira del poeta

Es Andrés Trapiello, discípulo de Pessoa, el que habla con nobleza y finura: "Todo lo que un escritor escribe sabiéndolo antes de ponerse a ello, no sirve para nada. Imaginemos una conversación que fuese así:
-Ahora te voy a decir que estoy contigo. Estamos los dos solos. Tú vistes una chaqueta azul. Yo voy con pantalones grises. Hace un buen día y ahora pasa un coche, modelo...
Para eso es preferible mentir:
-Ahora que estamos los dos solos, te voy a decir que éste que tu crees que ves, no soy yo. En cuanto a tu chaqueta azul, permíteme dos palabras. No vayas a comprarla con mis pantalones grises. ¿Qué tienen mis pantalones grises? En cuanto al día, es bueno, de acuerdo, pero no es más que una basura de día y en ese coche, pasa justamente la persona que lo echará a perder definitivamente...
A partir de ahí naturalmente hay que mentir mucho más, hay que hablar de la persona que viene en ese coche a desbaratarnos el día, y todo lo demás" (Ver Las nubes por dentro).

viernes, 13 de julio de 2012

El enigma de la isla del tesoro

A partir de Rafael Guillén

Mis manos cruzan horas, me deslío
con tus dones. Mi sitio y mi fuego
evocan el ayer, mañana, luego.
Te pensé mar de invierno, y eras río.

Encontrada tu forma, ya vacío,
naufragué en ti. Mis versos son un juego.
Voy llegando a la isla: nuestro apego
en abrupto oleaje, malva y frío.

Arquitecto, consigo repegarte
viva, impecable luz, al recordarte.
Ahí estás tú, me arrullas, eres mía.

Y si una vez te alejas de uno mismo,
déjame refugiarme en mi egoísmo.
Seré un barco, encallado, cualquier día.

martes, 10 de julio de 2012

Capricho

Cada atardecer
recojo entre los vecinos
todas las sillas disponibles
y leo versos para ellas.

Las sillas son extremadamente receptivas
a la poesía
si uno sabe ordenarlas.

Todo esto
me emociona
y durante varias horas
les cuento
qué bellamente murió mi alma
durante el día.

Nuestros encuentros
son generalmente sobrios,
sin entusiasmos
inútiles.

De cualquier modo
significa que cada uno
ha cumplido con su deber
y podemos seguir
adelante.

sábado, 7 de julio de 2012

En la silla vacía se sienta tu recuerdo

Días intensos estos que sobrellevamos como podemos, con tus mensajes que me llenan de luciérnagas. Quedan por vestir nuevos poemas. Te echo de menos, maldita sea. La ciudad es nuestra vestida con otros cuerpos, pero no peores. Establezco un diálogo con los lectores. Caigo en la cuenta de la heroicidad que supone vivir. La vida es esperar nuestro encuentro, que araña mi pecho, lleno de incertidumbre. No quiero conjugar los sueños en futuro. No es tarde aunque te retrases. Decía Cela, ya sabes, que cuando empezamos a no entender hasta qué punto merece la pena andar por la calle, subir al autobús, frecuentar la cervecería, estamos empezando a bordear el límite de saturación. Si nos percatamos a tiempo, podemos huir de la muerte, de la locura, de la inmensa soledad. Guardo en un pañuelo tu sonrisa tan de Hotel, escapando de la muerte, de la locura, de la inmensa soledad, que es un río que redondea las piedras que arrastra hacia el olvido. Perdona que hoy, definitivamente, aprenda a sintetizar, ahora que me abrigan mundos mejores, los planes por cumplir.

viernes, 6 de julio de 2012

Sobre presencias

Esta mañana alguien me confiesa que me acerco a las palabras de Trapiello y eso me proporciona alegría. Quién sabe. Quizá sea como ella dice. De lo que sí estoy seguro es de que, desde hace tiempo, algunos días, como hoy, uno se sabe privilegiado en estos tiempos de hecatombe financiera. Hay amistades que hacen el mundo mucho más grande, que no se desgastan con el tiempo. Se va haciendo uno a la idea de que un escritor siempre quiere pertenecer a sus lectores, en su lucha interna. Siempre somos temerosos a los cambios. Y aunque parezca paradójico a uno le interesa lo que pueda suceder internamente. Llego a Oviedo. Vuelvo, como Ulises. Y me encuentro, rehén de mi torpeza y de mis prisas, a mi amiga Alba, voz de mediatarde hecha horizonte, bengala iluminando el océano incierto. Y siempre es viernes. Le comento entonces algo de que debiera raptarla del Doctorado y en su sonrisa sonríen todas las mujeres del mundo. Pero a lo que íbamos. Lo decía Trapiello en El tejado de vidrio, la belleza ha de ser una fortaleza, llena de puertas y secretos pasadizos. Hago repaso de lo vivido. Te has ido un instante, es cierto, y uno, que no es más que lo que ves y no es dado a los cambios, te debe ya mil canciones difíciles de tejer, que ronronean en mis sienes. Con mi voz, o no, estoy en ello.

jueves, 5 de julio de 2012

Aún no es tarde

Comienza un nuevo día.

No llueve. La ciudad bosteza.

Voces en fuga

en el café que siempre habito.

Me miro en el espejo, ése

en el que la infancia, que era la patria,

se aleja lentamente.



Pienso en ti llenándolo todo,

en un abrazo nuevo, en nuestro café pendiente.

Escribo: somos los rostros que dejamos atrás,

el viejo Instituto, la carretera de Galicia

que nos acerca a casa,

vistiendo otros cuerpos.

Tropiezo con tu luz de supernova,

con tus ojos insomnes.



No sé qué decirte,

entre tanto estrépito de olvido.

Hay mucho ruido en el exterior.

Soy un hombre que anhela tu sonrisa,

febril y deseada, como anhelo el futuro

que me llama con tu voz.



Me visto con ropa de calle,

a veces la distancia puede ser hermosa

pues encierra un aprendizaje

con pisadas alejándose en la plaza.

Los días pasan como trenes descarrilándose,

que sueñan con el viaje, con nuestro encuentro

encerrado en tus pupilas.



Como soy dado a la sentimentalidad

diré que, cuando regreses,

comenzará otro nuevo día,

el tráfico detendrá su marcha implacable

igual que el mundo.

Te contaré entonces que fue de mí

y de los recuerdos que duermen en mi vientre,

mientras cae la tarde cálida,

las ganas de verte.

miércoles, 4 de julio de 2012

Tentativa de agotar El Astillero

En Astillero las características de sus calles y paseos son familiares. Quien ha tenido la suerte de vivir en Astillero en la adolescencia, tendrá el privilegio de que le siga, vaya a donde vaya, el resto de su vida.

martes, 3 de julio de 2012

Memoria involuntaria

Dice Proust que en el aroma

reside la memoria involuntaria,

que es la mejor de las memorias.

Me desperezo con urgencia

a eso de las 11

recordando qué es vivir.

Estoy en silencio

que es la única manera

de que me oigan

desde la certeza de otro mundo mejor.

O yo qué sé.

Uno está hecho un lío. Veremos.



Llevo en el alma, llevo por alma

un fondo de aula con atardeceres prohibidos,

con ausencias prohibidas,

con pisadas prohibidas. Echo de menos

todo lo que llenas, como Robinson huérfano de vida.

Empieza el verano y, como siempre,

uno hace propósito de progresar en la escritura.

Vendrán tiempos mejores, me digo,

con un suspiro

que atraviesa el horizonte de la ciudad

hasta quedar congelado

entre los transeúntes que cruzan por Uría.



Somos de donde nos hacen felices,

de donde nos echan en falta las ausencias,

de donde acaba el espejismo.

lunes, 2 de julio de 2012

Curso de soledad

Empiezo el día con Mario Benedetti, quien dijo esto que aquí ofrezco: "Cuando sentimos nostalgia del presente, sabemos que ahí no tienen cabida quienes lo falsean". Pero sí quienes lo hacen veraz, anunciante, claro, pienso para mí. Así las cosas me pierdo entre las calles tratando de buscar un banco en que pagar mis deudas, mi título horizontal y espléndido. Me rescato después, medianamente lúcido, e imagino que me las arreglo con muy poco (o más bien mucho): ver a Patricia Costales a quien adoro y admiro, antes de que me adore y admire ella a mí, porque es entrañable y real. Salir a pasear muy temprano, con la ciudad aún por despertar, con pasos sinceros y abandonados, rey y mendigo de mis propios sentimientos. Charlar de esto y de lo otro con otra Patricia (esta vez GR), de huidas y futuros perfectos, pues mañana no será lo que Dios quiera. Ser fiel a uno mismo y a su propio traje.  "Somos nuestro nombre", que dijera Umbral. Yo soy Miguel Ángel Gómez pero voy de look garciamonteriano. Resucito todos los días escribiendo un aforismo de casa de barrer, un poema-canción, una entrada de diario, un libro, cosas que me dan cicatrices y conversación, proximidad y enseñanza,  nostalgia y memoria, aunque todos me ganen el cuponazo del Asturias Joven porque son candidatos a tertulia (que al personal le gustan los tertulianos). Soy como el poeta / submarinista del que hablaba Ángel González, buceo debajo de las cosas, emerjo desde el fondo de las mesas, y cuando llegue al mes de enero tendrán que hacerme la respiración boca a boca. Me arreglo con algunas cosas: soñar paraísos intactos. Un mensaje desde Cantabria que a mí me transporta a cualquier lugar. Me resulta imposible terminar el día sin admitir que uno aspiraba a diplomarse en un curso / máster de soledad pero resulta que, finalmente, se ha diplomado en miradas colectivas en tiempos difíciles para la lírica del café. Y eso ya es suficiente.