sábado, 12 de marzo de 2011

Mirarse a los ojos

El ladrido que más muerde es el del olvido, me susurra una voz al despertarme. Luego, al revolver entre antiguos papeles me encuentro con unas anotaciones, ya no sé si mías o ajenas, pero poco importa pues lo que uno escribe después de la adolescencia es ya siempre repetición de lo leído. Aquí os las dejo:

"El buen escritor desconoce si sabe o no sabe escribir realmente".

"Nunca es mañana, todavía es siempre".

"Pessoa nació para no publicar".

"Los días de lluvia las ausencias se transforman en catedrales".

"Aquí sin ti: un extraño".

"Escribir es la manera más profunda en que uno puede leer su propia vida".

"En el ascensor la seriedad es abundante".

"Luna: soledad indefinida".

"El buen recuerdo y la buena dicha nunca encogen".

"En las playas, nuestros zapatos se convierten en relojes de arena".

Álbum es un buen seudónimo para el olvido".

"El asfalto es la estancia de la derrota".

"Perro: sombra del hombre".

"Mirarse a los ojos no es sencillo cuando te vistes de viento".

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