sábado, 19 de marzo de 2011

Como antes era

Día hermoso y completo. En el tren ocupa uno su asiento, junto a la ventanilla. Uno mira la vía de los trenes e imagina que el tiempo pesado pasa tan rápido como la luz. Luego observa todo con ojos de niño, a pesar de los 31 que lleva a lomos: "La memoria es una pesada máquina que ayuda a poner en movimiento remotas ruedecillas dentadas y resortes. Si todos recordaran en una misma dirección, el mundo avanzaría diez veces más rápido y armoniosamente", vuelvo a Trapiello. Ya está uno en Gijón: Café Cambridge, Café Central, Café Don Pelayo, Café Puerta del Sol, Café Alaska 19, Café Lidia, Café Velázquez...Me falta visitar el Café Les Candases (me parece que no tardaré en hacerlo). Lo cierto es que todos son extraordinariamente hermosos. Luego paseo con el cielo azul, sin una nube, y tú me sigues como una perfecta sombra. El viajero es experto en nostalgias y en fijar la mirada únicamente en aquello que importa de veras. 10950 días cargados de promesas que se van y me dejan un poco desamparado. Me despido de los 30 de una manera precipitada. A uno no le gustan las despedidas. Recibo la lamada de X y entonces vuelvo a ser como antes era pensando en lo que debe ser vivir. Uno cree que hoy es lo que era ayer, y seguirá siendo. Llegarán emociones intensas. Aún queda todo por hacer.

2 comentarios:

  1. Si.Todo por hacer.Nos lo muestras cada día en tu continua e implacable búsqueda de belleza escrita.
    Felicidades por tu espíritu, por escritor,por los 31. Te quiere tu prima.

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  2. Belleza escrita y vivida. 31, y los que aún me quedan. También te quiere éste que escribe.

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