martes, 8 de marzo de 2011

Los días contados

En el café el periódico me dice que Madrid es frágil y vulnerable, repleta de espectros que la acechan, ante nuestra mirada impasible. Concluyo el libro que he de entregar mañana. -¿Cuándo coincidimos para brindar por el instante?, le pregunto a X. -Pues cualquier día, es cuestión de organizarse, añade. Pero es que no avisas. Luego rescato de un viejo cuaderno de notas: "No hay día sin alegría. Y no hay alegría que no tenga los días contados". Entonces recuerdo que la noche no ha llegado y rememoro tus labios que anidan en mi pecho. Aún hoy podemos soñar con mundos mejores. Queda todo por hacer.

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