miércoles, 15 de diciembre de 2010

TRENES

En cada amanecer
me subo a algunos trenes de vida
y marcho por direcciones imaginadas
a lugares que no recuerdo ni conozco
sin saber muy bien qué busco.
En el primer tren,
juntando mundo y mente,
alcanzo a ver mi infancia nostálgica,
abro puertas que mi corazón cierra.
En el segundo tren
llego hasta donde tú estás
sin que te desvanezcas de repente
y adivino tu belleza fugaz,
tras el último asiento de qué vagón.
En el tercer tren doy la vuelta al mundo,
fuera del mundo,
cruzo estaciones abandonadas
y caen recuerdos
y sílabas preciosas
y flores desgastadas
a orillas de las vías.

De vuelta, ya solo, desciendo en el andén del sueño.
Y vuelvo a ser en equilibrio
las vidas mías en la distancia, lo que fui, lo que no existe.

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