martes, 5 de marzo de 2013

Poeta en Mondragón
















LA CONDENA

Estoy aquí, condenado a la vida eterna,
a vejez sin llanto.
LEOPOLDO MARÍA PANERO

Cae la nieve babeante,
los copos gimiendo como ratas rotas.
Viajo sentado, noche tras noche,
en una silla de manicomio
mártir de un frío que apesta.
La tumba sabe el claustro del ovido.
La tumba sabe el lastre de mi carne.
La tumba sabe desnudar a la flor.
Siguen gimiendo, siguen gimiendo
a la luz de las estrellas
mientras me río sin dientes
de todos los condenados
que bailan con el diablo,
como una manada de vampiros,
a lo largo de la nada.



SOMBRA

Mañana será un buen día.
Mañana será un buen día
y seré un moribundo
que se arrastra sobre la página
para desviarse del tema
y que insectos invisibles se alimenten
de mi figura humana.



LA VIDA ETERNA

Con el disparo
de la página el hombre
se cae cazado.



CALLEJÓN SIN SALIDA

Ah pájaro desorientado
que persigues al hombre
donde no hay nadie
autoespejo de la nada.
Tú que convocas el vuelo
cruel de la certeza
y tienes la pistola en la sien
de la locura: dejas por doquier tu vientre
en la página en blanco.



LECTURA

No es el invierno,
es la ceniza terca
sobre el poema.



LA PESADILLA ATROZ DE VIVIR

Ciervo es el recuerdo, cielo es la flor
que no perdona y me asalta
como una página que acorrala mi ser.
Cae contra los hombres
disparo en la nieve
que me ladra o no me ladra
día a día, soy un silencio
que se escapa sin labios.
Ah ciervo que hiere la noche
con sus interminables siluetas
y yo me quedo solo
en la tierra cruel de la memoria.





















EL FIN DE NUESTRAS VIDAS

Muere otro loco, cae en el negro agujero.
Y otros locos arrojan piedras negras
 a la rosa cruel sobre la nada
donde ni está mi huella ni la del hombre.



NOCHE

Muda y atroz
la palabra
dentro de mí.

Y el verso es como si flotara
una noche.
Y la palabra tiene
el color de la noche.

Voz en el desierto
donde se deshace la oscuridad.



DANZA EL SEÑOR MISTERIOSO

Nombre al oído.
El Señor Misterioso
besa al demente.



HOMICIDIO

¡Navega, aspid, navega
lo que el hombre ignora!
Navega por donde todo apesta.
Página pálida por donde la vida se pudre.
Panero lo dijo,
cuando la mano termina de escribir
hay huellas de sangre en el poema.

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