jueves, 7 de febrero de 2013
Sacando conclusiones
Me levanto pronto, entre nueve y nueve
y media. Abandonando cualquier otra
lectura me encamino
hacia el Amado siglo XX,
de Francisco Umbral. Anoto esta idea:
"Si a los veinte no eres ya un
escritor lorquiano, es que no lo vas
a ser nunca. Yo respeto a los escritores
sin estilo, con carencia de fraseología.
Los respeto, pero no me dicen nada.
Andar por la vida de escritor sin
estilo es como andar por los mares sin
vocación de marinero. La manera de
decir las cosas importa mucho más que
esas cosas. Cuando se ha contado algo
sin manera es como si no se hubiera
contado nada. La cosa no existe porque
la nombremos, sino porque la nombremos
de determinada manera". Tengo que
escribir con estilo de lo que pasa hoy
y de lo que no pasa, sencillamente.
Sencillamente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sinceramente, Miguel, y con perdón. Menuda sandez que dice Umbral.
ResponderEliminarNo había escuchado una tontería semejante en años...
Importa tanto lo que se dice como cómo se dice. Ahora va a resultar que un escritor sin estilo como Baroja es mal escritor... Ejem. Me temo que Baroja es uno de los mejores novelistas en castellano del siglo XX y Umbral una nota a pie de página comparado con ese gigante. ¿No habrá cierto resquemor de Umbral por querer escribir y no tener nada que decir? A Umbral le gusta la marquetería, con filigranas y bello estilo, pero la Literatura quiere una mesa, bien labrada, todo hay que decirlo, pero una mesa. Lo demás es la "forgaxa" que va al horno...
Umbral, Cela, Juan Ramón, Lorca... son algunos de los nombres más grandes que se me ocurren. No hay por qué pedir perdón. Yo creo que una voz propia es necesaria, tanto en la inercia literaria como en la vida social. Bernardo Soares dijo aquello de que no me engaño, escribo, sumo, y la escritura sigue, hecha normalmente por un empleado de esta oficina.
Eliminar¡Otro parásito burgués sin sangre que se cree poeta!
ResponderEliminarEl señorito que siga bebiendo cafés y paseando en tren. “Avilés está más vivo que nunca”. ¡Ay, merluzo! ¡Qué palo en las costillas!
No soy burgués sin sangre sino hijo de mi madre, señor anónimo... Bueno, anónimo....
Eliminar