domingo, 8 de diciembre de 2013
Que venga a estar conmigo
A veces juego a estar enamorado y 
entonces me repito una frase de 
Bernardo Soares: "La suerte, si quiere,
que venga a estar conmigo".
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Por eso aprendo tanto
Somos personas de la calle que intentan 
comprenderse en sus contradicciones
y tenemos que decir muchas cosas.
viernes, 18 de octubre de 2013
Café de los recuerdos
En el Café Riesgo encuentro a un hombre sin cara que me ofrece la memoria de Paul Auster. No me ofrece una botella de bourbon ni dinero sino cada pensamiento, cada recuerdo del autor de Nueva Jersey, la memoria de la tarde en que éste escribió El libro de las ilusiones. Y yo, estresado como estoy con mi novela, acepto encantado. 
viernes, 11 de octubre de 2013
El maniquí
A media mañana me levanté, me duché, me afeité y salí a la calle. Con las llaves en las manos me fui a comprar un regalo para mi novia, que era una persona difícil de comprender. Quedé, por otra parte, con mi amiga Cristina, joven y responsable, para que me asesorara a estas alturas de la competición. Tiene que ser aquí te pillo, aquí te mato con las prendas, me dijo. Yo nunca he tenido gusto para comprar regalos. Caminé con ella pensativo. Deseaba comprar algo bonito. Cuanto gastase era lo de menos. Llegamos a Zara, una tienda que está situada en el edificio de Buenavista, a la que había acudido en otras ocasiones de emergencia y entramos por curiosear un poco. Estaba relativamente cerca de casa. Me proponía con ello evitar que me entrasen las prisas. Me gusta mirar las cosas con calma, no precipitarme, ya saben a lo que me refiero. Resultamos ser los únicos clientes pues aquel lugar estaba desierto. De repente Cristina me oyó musitar a los maniquíes: "os quiero a todos", y tuvo que marcharse dejándome solo en tierra de nadie. Vagué durante un rato por los diferentes pisos y anaqueles de la tienda y me perdí entre tanta ropa. —¿Puedo ayudarle?, me dijo la dependienta de turno. Últimamente me lo preguntan cada vez con más frecuencia, no le dejan a uno respirar. Durante unos minutos te vigilan con desconfianza y te espetan un “¿Necesita ayuda?” Al parecer, según el decir general, tienen vigilantes vestidos de calle y si ven que las dependientas no se involucran, las despiden sin miramientos. Hay que andarse con cuidado. Son tiempos convulsos. —No, gracias, solo estoy echando un vistazo, susurré con tono serio. Luego me comentó que en otra vida había conocido a Julio César, a lo cual dedicaré otro día un capítulo aparte. Seguí dando vueltas a la deriva del centro, inquieto, a sabiendas que aquí igual tampoco encontraba lo que buscaba, cuando de pronto… —Pst… —oí. El murmullo procedía de un maniquí que se tiraba un aire a Marilyn Monroe y que estaba situado cerca de la entrada por lo que, a simple vista, no se veía. —Pst…—Volvió a insistir, tras lo cual (y era aún más extraño tratándose de un maniquí de una tienda) me hizo señas con un dedo para que me acercara. ¿Se trataría de un truco electrónico de última generación para animar un poco aquel lugar desolado, tan falto de clientela? Yo sustento la teoría de que los maniquíes, por norma general, no hablan. —Quiero pedirle un favor, dijo amable y luminosa aquella Marilyn elegante, con una belleza fuera de lo común. Si era un truco electrónico no estaba nada mal. —¿De qué se trata?, dije tras la primera reacción de sorpresa. —Es que tengo un poco de prisa, ¿sabe?, contesté, pese a mi timidez. —Necesito que me lleves contigo… —¿Llevarla? ¿A dónde? —A cualquier parte, no importa dónde, necesito salir de aquí, añadió animada y somnolienta. —Mire, no puedo ayudarla, dije a regañadientes pues al hablar con ella me sentí a salvo de la realidad. Pero pensé que si llegara a oídos de mi novia que estaba hablando con un maniquí, podría molestarse. —Por favor, te lo suplico (Se puso de rodillas frente a mí). Aquel maniquí estaba vivo desde luego, era completamente real. Me parecía imposible que un maniquí se moviera y hablara con aquella naturalidad. Nunca había entrado en mis cálculos aquella situación. Era algo bien extraordinario, curiosísimo. Podía pasar cualquier cosa. Se veía que estaba deseando escapar de allí como fuera, de eso no hay la menor duda. Justo cuando ya estaba a punto de rescatarla de aquel lugar grande y misterioso, la dependienta nos interrumpió de manera súbita —¿Puedo ayudarle?. El maniquí se quedó sin brillo, inerte, como una roca. Yo me quedé sin decir nada y me fui de allí tan rápido como pude debido a la impresión, y no me dio tiempo a reaccionar con sensatez. Mientras andaba en dirección a casa con pasos torpes y pesados, intentando ordenar las ideas, sus ojos vagaban todavía en torno mío. Iba cabizbajo dando patadas a las piedras y pensando si aquel maniquí volvería algún día a cobrar vida. Al llegar a casa mi novia me dejó (al final no pude hacerme con su regalo). A partir de ahora está escrito mi destino: arrastraré una vida solitaria buscando a un maniquí como aquel entre los miles de maniquíes inertes. Vuelvo a estar soltero. 
martes, 20 de agosto de 2013
Los placeres y los días
Hay muertos ambulantes, muertos sin 
futuro que son infinitamente generosos 
y me miran a la cara, conversan conmigo.
martes, 25 de junio de 2013
El palacio del azar
"En la vida, en realidad, no hacemos más
que cruzarnos con las personas. Cruzarnos
y siempre por azar. Y separarnos siempre"
(Julio Ramón Ribeyro).
jueves, 13 de junio de 2013
La angustia de Cheever
John Cheever -se te ocurre pensar- lo
leíste hace ya años. "No disimular ni
ocultar nada, escribir sobre las cosas
más cercanas a nuestro dolor, a nuestra
felicidad". Te preguntaste siempre qué
habría querido decir con eso. Te parece
increíble, complejo, que un hombre pueda
escribir sobre todo lo que le pasa sin
ningún pudor. Subir esas escaleras de
sombra interminables que conducen a la 
vergüenza polvorienta.1957 fue un año 
importante en la vida de Cheever, te dices
mientras el camarero te trae otro 
café y un agua con gas. Dejó escrita,
armoniosa y caótica, su primera novela,
Crónica de los Wapshot, que le
valió el Premio Nacional del Libro
(National Book Award), un premio de 
deseo y proliferación. Está inspirada
en su propia historia -la de su padre 
y su madre en proceso de mirar el 
mundo desde la gran ciudad abandonando
el pequeño pueblo de Saint Botolphs.
Le siguió años más tarde El 
escándalo de los Wapshot (1964)
que continuaba la saga.¿Adónde va la
felicidad, el dolor? El de Massachusets
va más allá: escribir sobre el 
sufrimiento de Tántalo, la magnitud 
del desaliento entrevisto en sueños,
la desesperación. Cuenta Andrés 
Trapiello que a quien escribe un 
diario le acontece la misma cosa que 
al fotógrafo, de cien instantáneas 
le sirve una solo, y todas las demás
hay que tirarlas. ¿Es que hay que 
recordar cien momentos dolorosos y
residir en uno solo? El dolor está en
un orden que es un desorden. ¿El 
escritor ha de viajar sobre los necios
túneles de la angustia, sobre el bien
y el mal, todavía fuertes y erguidos?
Estás en el café, reflexionando, con 
la lagartija del día mirándote a los 
ojos, lírica y fatigada. Te parece
increíble que un escritor tenga que 
renovar sus fuerzas constantemente,
dejarse transportar por la belleza
del dolor.
martes, 11 de junio de 2013
Las multitudes interiores
Pizarnik me mira fijamente un buen rato
y acaba diciéndome: "Yo y la que fuimos
nos sentamos en el umbral de mi mirada".
Yo y el que fui, pienso para mí, 
vemos vivir y moverse a X, sin que ella
lo sepa.
martes, 21 de mayo de 2013
La Tertulia del rollo
Un hombre no es hombre hasta que no 
escribe una novela. Releo un par de 
folios de mi borrador en marcha, con 
espuma de utopía, como si fuera un lector
X, y me encuentro con el fragmento en
que Max, su protagonista, en una 
metamorfosis kafkiana, se transforma 
en pájaro. Dice: "Al despertarme me 
encontré encima de la acera convertido
en pájaro de la idea. Esa era mi 
caótica metamorfosis. Aterricé en la 
calle Ruiz de Alarcón justo enfrente
de la casa número 12, donde vivió Pío
Baroja. Ignoré la casa de ladrillo 
rojo con su par de miradores como 
ignoran los pájaros todo acerca de la 
historia de la ciudad". Después, 
continúo leyendo, y el pájaro acude al 
Parque del Retiro, pasa a ras de la 
plaza del Duque de Alba y allí se 
topa "con músicos y mendigos que piden
por pedir", casi le cae un libro encima
en la Cuesta de Moyano, tropieza con 
bibliófilos, con Poe y Dostoiewski, 
tenderetes, mirones, hasta llegar al 
Café Gijón. Vuelto Max / protagonista,
en mi novela, se pone el traje 
umbraliano de alter ego y entra al 
café dice "para sentirse algo. Alguien".
Allí se encuentra con José García 
Nieto ("el hombre bueno a quien más 
debo en esta vida"), Cela, Pepe Hierro
que fuma compulsivamente, y algunos 
otros pero que son gañanes líricos,
con espantables pleonasmos, que no 
interesan aquí. Es costumbre, que queda
muy literario, que adelante a mis 
lectores fragmentos de mi novela. No 
es nuevo, ya lo he hecho en este diario.
En mi novela resucitaré por ejemplo 
a la Tertulia del Café Gijón o la de 
la revista Ínsula en la calle del 
Carmen. De la primera dijo el propio 
Umbral sobre el autor de La fundación:
"Antonio Buero Vallejo tiene en el 
café su odiador oficial, enfermo y
silencioso, que estaba en otro rincón
diciendo cosas terribles del autor 
famoso". O de la segunda: "Recuerdo 
un cierto rechazo tácito de Cano 
hacia mis cosas. En aquella tertulia 
semanal, donde alguna vez vi a 
Celaya, nadie me hacía ningún caso,
de modo que no volví". En mi novela 
regresarán por inercia varios de mis 
referentes: Gómez de la Serna, Lorca...
El propio Max / Umbral tendrá una 
conversación profunda con su amigo 
Cela ("ciento quince kilos de escritor,
ciento quince kilos de maestro, ciento
quince kilos de tiempo", dejó dicho).
El hombre siempre busca al hombre. Habrá
una buena dósis de ficción en la 
Tertulia y así, como la habrá abstracta
pero no abstrusa, en Nueva York, cuando
el conductor del autobus sea Antonio
Muñoz Molina (Muñoz Molina no conduce
autobuses en Manhattan, corrección 
que hago para el tonto de la cosa). 
Me encuentro en mi libro reciente. Las
tertulias con sus impersonalismos y las
rencillas literarias siempre me han 
interesado. Oscar Wilde afirmó sobre
Alexander Pope: "Hay dos maneras de 
sentir aversión hacia la poesía; la 
primera es tener aversión hacia ella,
la segunda es leer a Pope". De Jane 
Austen y sus novelas dejo dichó Mark 
Twain que "la sola omisión de los libros
de Jane Austen convertiría en bastante
buena a una biblioteca sin un solo 
libro". El propio Max / Umbral hará 
guiños a la tertulia de Enrique Vila-Matas
en su Viaje vertical: " Iban cayendo
las palabras, los papeles. En la 
Tertulia había poca carnaza que echar
a las fieras pero estaban muy 
amaestradas". Sigo con mi novela. La 
operación es larga y bonita. Pues hale,
tome usted asiento desocupado lector, 
abandonemos al tonto de nuestras 
vidas para pintar mucho la novela y 
echar un buen vistazo. Siempre lo he 
dicho, mi novela tiene mucho que
pintar. Manos a la obra.
sábado, 11 de mayo de 2013
Coherencia de chisme
Iban cayendo las palabras, los papeles.
En la Tertulia había poca carnaza que
echar a las fieras, mortalmente vivas,
pero aún así estaban muy amaestradas.
viernes, 10 de mayo de 2013
Mis hogueras y mis días
Prendo fuegos a la impertinencia, 
hogueras con días, calles, fiebres,
horas, pensamientos, luces, miedos.
Estoy anclado en la memoria, condenado 
a mi pasado, sujeto a la sublime 
felicidad. Prendo fuego a la pluma.
Sí. Hay que incendiar la pluma. A mi
pluma no le va el hielo insoportablemente
frío y distante. Tengo derecho. 
Disfrazado de metáfora amanece el día.
Continúo con mi oposición de futuro,
con un tema sobre la novela española
en los primeros años del XX. Me 
detengo en Gómez de la Serna, del que 
se dice que "nos brinda una de las obras 
más prolíficas y diversas de la 
literatura española, en tanto 
observamos todo tipo de libros: 
reflexiones, apuntes, "teatro en 
soledad" y teatro representable, 
greguerías, efigies literarias, 
biografías, crónicas más o menos 
periodísticas, obras de crítica 
pictórica, artículos, ensayos, otros 
libros inclasificables y novelas".
De él dejó dicho Umbral no hace 
tanto rato: "Ramón se había inventado
eso de fabricar un poema en prosa a 
partir de una pequeña noticia del 
periódico". Día metaforizado. Gómez 
de la Serna. Fuego. Me da por 
rescatar su Diario póstumo y 
me encuentro varias greguerías 
verídicas y profundas: "El pájaro que 
no puede volar disimula ese no poder,
pero siempre hay un niño que lo 
descubre y lo agarra". "Colas de cine:
colas de hambre de fantasía". "Ningún
bostezo como el que lanza la maleta
cuando se abre al final del viaje".
"Soy feliz, pero lo que veo es que no
tiene porvenir mi felicidad". Cierro 
el libro pensando en lo que veo, en el
porvenir de mi pasado. Día metaforizado.
Gómez de la Serna. Fuego. Solo me 
sueña, tras la ventana del café, un 
hombre silencioso que soy yo mismo,
extático.
jueves, 25 de abril de 2013
Lo de Machado
Alguna vez lo tengo escrito: "Tras el
vivir y el soñar, está lo que más 
importa: el despertar", lo decía don
Antonio Machado. Así que, acostumbrados
como estamos a un mundo que está lleno 
de durmientes y en estado de dormición,
despertemos, y hagámoslo por inercia,
profundos, retumbantes y siempre 
humanos.
miércoles, 24 de abril de 2013
A través del espejo
Los libros son cualquier edad de la
vida: se acuestan con nosotros por las
noches a comernos en porciones, crean
mundos al niño que pasó por ellos, se
desperezan cada mañana en nuestras
sábanas y nos van humanizando,
civilizando, consiguen que aprendamos
muchas cosas, que leamos a Nietzsche
y nuestro 27, que gocemos a Rilke y
recitemos a Lorca. Nos hermosean como
un sistema de espejos que nos hacen
verlo todo a la vez. Son ejemplares y
hermosos. Amo su forma de hablar, su
voz, su entonación entre varia y 
variada, su colonia metaforizante. A 
veces me falla la vida pero el viento
de los libros, que es el viento del
mundo, se lleva mi decepción.
lunes, 22 de abril de 2013
Kodaks
Buscaba y no buscaba en Madrid, a palo seco, un poco de calma, encontrar una sombra conocida, la mía propia.
Yo no me entiendo a mí, cómo voy a pretender entender a Madrid.
Madrid es lo que quiera cada uno.
Ya saben lo que decía Pla, que algunos pasamos horas sumergidos en una misantropía flotante.
Me gusta San Lorenzo en abril, ancho, habitado por nuestras sombras de felicidad, que amenazan con abrazarse.
Con tu ausencia queda el ánimo como la casa vacía tras la fiesta, botellas medio llenas sobre la mesa sin horas.
Los pies reivindican el viaje, la historia real y el recorrido.
Abandonemos de una maldita vez el hábito del fracaso. La tendencia de ser un perdedor. Nada sabe de la vida quien no se enfrenta a la realidad.
Yo no me entiendo a mí, cómo voy a pretender entender a Madrid.
Madrid es lo que quiera cada uno.
Ya saben lo que decía Pla, que algunos pasamos horas sumergidos en una misantropía flotante.
Me gusta San Lorenzo en abril, ancho, habitado por nuestras sombras de felicidad, que amenazan con abrazarse.
Con tu ausencia queda el ánimo como la casa vacía tras la fiesta, botellas medio llenas sobre la mesa sin horas.
Los pies reivindican el viaje, la historia real y el recorrido.
Abandonemos de una maldita vez el hábito del fracaso. La tendencia de ser un perdedor. Nada sabe de la vida quien no se enfrenta a la realidad.
viernes, 19 de abril de 2013
El buen recuerdo
"En el lugar estará siempre quien nos 
lo descubrió y el momento de nuestra 
vida en el que gracias a su mediación
lo conocimos" (Antonio Muñoz Molina).
jueves, 18 de abril de 2013
Leyenda de la Tertulia Visionaria
En la Tertulia, con la puerta cerrada
para muchos pero siempre abierta al 
personal, había algunos -los menos- 
que se negaban al rollo porque daban
caramelos envenenados. Un rebaño de 
ovejas pastaba en los pasillos del 
café-bar con libros de viejo, todo se
movía que dijera Galileo. Esto de la 
Tertulia era más bien el cementerio de 
las conversaciones sibilinas y 
silabeantes, en un simulacro de 
velocidad como ocurre con todo lo 
malo (esto ya lo veía yo entonces). 
Un lector de Kafka habría visto como 
personajes kafkianos a aquellos 
desclasados sin mucho refugio y así.
Pero voy viendo que esto es tema que
puede dar para mucho. Solo diré,
recapitulador y optimista, que allí
había mucho bombero / Farenheit que 
quemaba libros con ingenio. Y así les
va. Esta mañana he pasado junto al 
café-cementerio y estaba ardiendo.
jueves, 11 de abril de 2013
El frío de la literatura
Sí. Es la literatura: ese enigma del que
el escritor es rehén, que el escritor
ama con su mejor amor y sin tenerle
cogida la maña. A veces la literatura
nos hace libres pero como un medio
frío y una lucidez blanca.
miércoles, 10 de abril de 2013
Sabato y Sabina
En estos días he releído España 
en los diarios de mi vejez, de
Ernesto Sabato, es uno de esos libros 
que no se abandonarán. De manera cálida
y soleada, Sabato dice del cantante
de Úbeda: "Anoche fuimos a casa de 
Joaquín Sabina. Aunque recién nos conocemos,
creo no equivocarme al afirmar que él
habría sido uno más entre las tertulias
de nuestros viejos compositores de tango.
Puedo verlo acodado a la mesa de un bar,
con su vaso de whisky, hilvanando 
metafísica y existencialismo con el 
humo de su cigarrillo. Quizá porque su
espíritu alegre y apasionado, 
disparatadamente andaluz, me recuerda,
a la vez, ese trasfondo descreído,
trágico e irreverente, como el de los
hombres que poblaban los viejos 
cafetines porteños". Recuerdo que 
Ernesto nos ha dejado aunque su 
recuerdo está muy vivo. Y nosotros
no sabemos si venimos o vamos pero 
le ponemos, como dice Joaquín, una 
gota de pasión a cada nota que nos 
queda por cantar.
viernes, 5 de abril de 2013
El embate de la crisis
Leído en María Zambrano: "Las crisis 
muestran las entrañas de la vida 
humana, el desamparo del hombre que 
se ha quedado sin asidero, sin punto
de referencia de una vida que no fluye
hacia meta alguna y que no encuentra
justificación. Entonces, en medio de 
tanta desdicha, los que vivimos en
crisis tengamos, tal vez, el privilegio
de ver más claramente, como puesta al
descubierto por sí misma y no por 
nosotros, por revelación y no por 
descubrimiento, la vida humana, nuestra
vida. Es la experiencia peculiar de la
crisis. Y como la historia parece 
decirnos que se han verificado varias,
tendríamos que cada crisis histórica nos
pone de manifiesto un conflicto esencial
de la vida humana, un conflicto único,
radical". Se nos enmaraña el tiempo con
esta crisis, pienso yo,
aunque no sé su medida, si 
tiene alguna.
martes, 26 de marzo de 2013
Entre la oportunidad y el halago
La Tertulia estaba plagada de odiadores 
oficiales (o asiduos del café) que 
decían cosas lamentables del autor 
famoso.
jueves, 21 de marzo de 2013
Una semejanza con Paul Auster
Cada obra tiene la cara de su escritor
y mi novela tiene la cara de Paul 
Auster.
martes, 19 de marzo de 2013
33 primaveras
Porque las primaveras escriben, confusamente,
soledad.
Miro y veo el garito con sueño,
con inquietudes intactas,
con poemas doloridos sobre la mesa.
Miro y veo el garito con sueño,
con inquietudes intactas,
con poemas doloridos sobre la mesa.
Uno, que solo ama palabras,
imagina estar amando democracia
cuando oye tu cuello,
cuando tu corazón es un cuerpo a cuerpo
entre dos utopías
y decididamente
somos designios verdaderos que se callan,
cuando el lenguaje
se siente todavía encendido
y la oscuridad vislumbra verbos torpes.
imagina estar amando democracia
cuando oye tu cuello,
cuando tu corazón es un cuerpo a cuerpo
entre dos utopías
y decididamente
somos designios verdaderos que se callan,
cuando el lenguaje
se siente todavía encendido
y la oscuridad vislumbra verbos torpes.
Somos nuestras palabras.
Nos salvan nuestras palabras.
Nos salvan nuestras palabras.
Hoy, día de una nueva primavera,
la vida me reclama un rostro inexperto.
En mi paciencia
se encadenan las palabras,
y las emociones de cuero
apuntan a un mundo que me invita a pasar
y apoyarme en su barra.
la vida me reclama un rostro inexperto.
En mi paciencia
se encadenan las palabras,
y las emociones de cuero
apuntan a un mundo que me invita a pasar
y apoyarme en su barra.
En la tierra de nadie
las primaveras escriben soledad.
Son locales para resultar universales,
encierran mis sueños entre paréntesis
como el libro mismo.
las primaveras escriben soledad.
Son locales para resultar universales,
encierran mis sueños entre paréntesis
como el libro mismo.
Porque todo regresa hacia las dudas,
igual que Astillero, los ojos y los desiertos.
igual que Astillero, los ojos y los desiertos.
Ahora,
soy un garito con sueño, confusamente,
una inquietud intacta,
con poemas doloridos sobre la mesa
que nunca se apartan de mi lado.
soy un garito con sueño, confusamente,
una inquietud intacta,
con poemas doloridos sobre la mesa
que nunca se apartan de mi lado.
jueves, 14 de marzo de 2013
Perros de la memoria
Los recuerdos son esos perros pacíficos
que nos persiguen a medida que avanzamos
porque les dimos de comer un día y nos
transportan, por una caricia, lejos del
lugar en el que estamos.
martes, 5 de marzo de 2013
Poeta en Mondragón
LA CONDENA
Estoy aquí, condenado a la vida eterna,
a vejez sin llanto.
LEOPOLDO MARÍA PANERO
Cae la nieve babeante,
los copos gimiendo como ratas rotas.
Viajo sentado, noche tras noche,
en una silla de manicomio
mártir de un frío que apesta.
La tumba sabe el claustro del ovido.
La tumba sabe el lastre de mi carne.
La tumba sabe desnudar a la flor.
Siguen gimiendo, siguen gimiendo
a la luz de las estrellas
mientras me río sin dientes
de todos los condenados
que bailan con el diablo,
como una manada de vampiros,
a lo largo de la nada.
SOMBRA
Mañana será un buen día.
Mañana será un buen día
y seré un moribundo
que se arrastra sobre la página
para desviarse del tema
y que insectos invisibles se alimenten
de mi figura humana.
LA VIDA ETERNA
Con el disparo
de la página el hombre
se cae cazado.
CALLEJÓN SIN SALIDA
Ah pájaro desorientado
que persigues al hombre
donde no hay nadie
autoespejo de la nada.
Tú que convocas el vuelo
cruel de la certeza
y tienes la pistola en la sien
de la locura: dejas por doquier tu vientre
en la página en blanco.
LECTURA
No es el invierno,
es la ceniza terca
sobre el poema.
LA PESADILLA ATROZ DE VIVIR
Ciervo es el recuerdo, cielo es la flor
que no perdona y me asalta
como una página que acorrala mi ser.
Cae contra los hombres
disparo en la nieve
que me ladra o no me ladra
día a día, soy un silencio
que se escapa sin labios.
Ah ciervo que hiere la noche
con sus interminables siluetas
y yo me quedo solo
en la tierra cruel de la memoria.
EL FIN DE NUESTRAS VIDAS
Muere otro loco, cae en el negro agujero.
Y otros locos arrojan piedras negras
a la rosa cruel sobre la nada
donde ni está mi huella ni la del hombre.
NOCHE
Muda y atroz
la palabra
dentro de mí.
Y el verso es como si flotara
una noche.
Y la palabra tiene
el color de la noche.
Voz en el desierto
donde se deshace la oscuridad.
DANZA EL SEÑOR MISTERIOSO
Nombre al oído.
El Señor Misterioso
besa al demente.
HOMICIDIO
¡Navega, aspid, navega
lo que el hombre ignora!
Navega por donde todo apesta.
Página pálida por donde la vida se pudre.
Panero lo dijo,
cuando la mano termina de escribir
hay huellas de sangre en el poema.
domingo, 3 de marzo de 2013
Cuestión de distancia
Entrar en una librería de saldo es 
abstracto y desolado para cualquier 
escritor impresionable, es como la 
paráfrasis recelosa del olvido: en 
sus nichos de madera y barricada ya 
los libros tienen una belleza que 
entristece, una sombra sin color que 
vive y se desvive por esa ciudad de 
notable desentendimiento.
jueves, 28 de febrero de 2013
miércoles, 27 de febrero de 2013
Calle elemental
Hay calles completamente desiertas, pues no lo son de verdad. Una calle desierta puede ser un caos de gente ninguna, porque los que pasan, pasan por ella como si estuviese desierta, como si fuese una razón olvidada. 
martes, 26 de febrero de 2013
Milímetros
"Soy todo yo una vaga añoranza del presente, anónima, prolija e incomprendida".
"No creáis que escribo para publicar, ni para escribir ni para hacer arte siquiera. Escribo porque es el fin, el refinamiento supremo, el refinamiento temperamentalmente ilógico, de mi cultivo de estados de alma".
"Quien no tiene Dioses nunca tiene tedio".
"He naufragado sin tormenta en un mar en el que se puede estar de pie".
"La vida es un ovillo que alguien ha enmarañado".
"Es la última muerte del Capitán Nemo. En breve, moriré también. Ha sido toda mi infancia pasada la que en este momento ha quedado privada de poder durar".
Fernando Pessoa, Libro del desasosiego de Bernardo Soares, Seix Barral, 2oo8.
"No creáis que escribo para publicar, ni para escribir ni para hacer arte siquiera. Escribo porque es el fin, el refinamiento supremo, el refinamiento temperamentalmente ilógico, de mi cultivo de estados de alma".
"Quien no tiene Dioses nunca tiene tedio".
"He naufragado sin tormenta en un mar en el que se puede estar de pie".
"La vida es un ovillo que alguien ha enmarañado".
"Es la última muerte del Capitán Nemo. En breve, moriré también. Ha sido toda mi infancia pasada la que en este momento ha quedado privada de poder durar".
Fernando Pessoa, Libro del desasosiego de Bernardo Soares, Seix Barral, 2oo8.
jueves, 21 de febrero de 2013
Sueños vagos
Tuve un sueño, como Soares: "Ha sido
en un cuadro, sí, donde te he visto.
¿Pero de dónde me viene esta idea de 
que te vi acercarte y pasar a mi lado
y yo seguir, sin volverme para atrás
para estar viéndote siempre todavía?
Se detiene el Tiempo para dejarte 
pasar, y yo te amo cuando quiero 
colocarte en la vida -o en la semejanza
de la vida.
sábado, 16 de febrero de 2013
Interludio de novelas perdidas
Uno busca, derrotado y derrocado,
su novela durante años y años, en 
las calles, en la atmósfera, en el 
intelectualismo, en la sombra, en el 
rastro, y de repente, zas, en ese 
mismo lugar por el que habíamos 
pasado miles de veces, aparece con 
cara de no haber roto un plato en su
vida.
jueves, 7 de febrero de 2013
Sacando conclusiones
Me levanto pronto, entre nueve y nueve
y media. Abandonando cualquier otra 
lectura me encamino
hacia el Amado siglo XX, 
de Francisco Umbral. Anoto esta idea:
"Si a los veinte no eres ya un 
escritor lorquiano, es que no lo vas 
a ser nunca. Yo respeto a los escritores 
sin estilo, con carencia de fraseología.
Los respeto, pero no me dicen nada. 
Andar por la vida de escritor sin
estilo es como andar por los mares sin 
vocación de marinero. La manera de 
decir las cosas importa mucho más que 
esas cosas. Cuando se ha contado algo 
sin manera es como si no se hubiera 
contado nada. La cosa no existe porque 
la nombremos, sino porque la nombremos 
de determinada manera". Tengo que 
escribir con estilo de lo que pasa hoy 
y de lo que no pasa, sencillamente.
Sencillamente.
martes, 5 de febrero de 2013
Sociabilidad inteligente
No sé si fue Pessoa, si Senancour,el 
que dijo esto: no hay espejo que nos 
dé a nosotros mismos como fueras, 
porque no hay espejo que nos saque de 
nosotros mismos.
lunes, 4 de febrero de 2013
Tu regreso
En medio del deterioro de una amistad, 
¿qué significa una mirada al recuerdo?
El río borra a veces los rostros en 
lista de espera. «Cuándo quedamos», 
susurra el futuro en mañanas de 
febrero barroco, de sol y viento. O 
sea, ni frío ni calor. Así estamos. 
Te lo dije una vez: "Yo, Alicia, es 
que prefiero cuando regreses". Avenida 
de Cantabria, uno se esfuerza con los 
cinco sentidos en ver lo invisible, 
aquello que dé al corazón un calor 
verdadero, en levantar los ojos para 
mirar a las aguas del río del ayer 
a la cara. «Cuándo quedamos», dice el 
futuro exhausto. Pero llueve sobre 
mojado y ya nos han contado todos los 
cuentos que planean en uno como un 
gramófono anticipado. Como es lógico, 
es angustioso saber que a veces, tras 
las aguas de un río, lo que espera es 
el olvido canalla y su cólera. Hay 
amistades que nos parecen igual de
guapas, con en el peso de los años, pero 
la vida las llena de sueños confusos.
Hay amistades que tienen días de cuchillo,
una espada de rebeldía. Pero hay más, 
hay otras de altas temperaturas en las 
que comprender es olvidarse de amar.
Y amar es haber amado. La dejadez 
atronadora convierte entonces la actitud 
en metáfora del sentimiento de soledad.
Cuando me distraigo, veo claramente. Si 
te distancias como mera tiniebla, brindaré
por el silencio efervescente que cierra
todas las puertas. Así se van los días.
Y todo depende de los intereses creados 
de cada cual. Por eso no conviene 
desentenderse de las decisiones 
personales de cada uno. Importa más 
mirarse a los ojos. Aunque es difícil, 
es un recurso imprescindible. «Cuándo 
quedamos» susurra el eco restallante 
de nuestro futuro imperfecto. «Cuando 
regreses, Alicia, como el agua a las 
márgenes del río del recuerdo».
jueves, 24 de enero de 2013
Invitación de último minuto
Una cosa que hay que hacer siempre 
al iniciar un invierno es pasarse 
una hora en el café La Corte, para 
detener el reloj, o cuando menos 
tres cuartos de hora. Ya que todo 
está igual en este imperfecto 
Universo en que vivimos y lo único 
que hace la política impertinente 
es continuar con la crisis, vámonos 
a La Corte, ola natural de mi 
ánimo, donde el frío no llega ni 
el peso de los años. "Qué nos 
espera / si nieva en la memoria / 
de quienes fuimos" escribí no hace 
tanto. Vayamos a La Corte vestidos 
de mayo. Es saludable brindar por 
un recuerdo verdadero o falso sin 
que sepamos muy bien cómo, 
solemnizar cada momento. También 
lo es, según el grado de cercanía, 
brindar por la otra orilla y la 
ciudad baja. Por la tempestad del 
viajero y las memorias de un 
desmemoriado. Vamos, pequeña, a 
La Corte, vestidos de madrugada, 
a defender cosas indefendibles y, 
al cabo de unas horas, los
pensamientos se cerrarán como una trampilla. 
Somos los alrededores de La Corte, 
la novela que vamos escribiendo 
al aire e inconjugable. Vámonos 
a La Corte al fin arbitrarios, 
geniales, tiernos, relojeros, 
débiles, triunfantes y arriesgados.
jueves, 17 de enero de 2013
Lorca
Lorca, exclusivo, refulgente, 
definitivo, sensible, sublime sin 
interrupción, porque te da la 
gana. Lorca, duende, las alas del 
vitalismo andaluz. Lorca, duende,
nada te mata, todo te hace más 
fuerte, por tus plazas de plateresco. 
Lorca, duende, que barres para
dentro, fuerza centrípeta. Y ya 
regresan los sonidos negros, negros 
de betún, tú quieres ser tú, la 
imaginación es un hecho del alma 
y rompe copas en la madrugada, 
las iguanas vivas muerden a los 
hombres que no sueñan. Lorca, 
todo es otra cosa. Todo está 
queriendo ser. Lorca, magia en la 
mañana viva, hebilla luciente y 
gastada. Lorca, García Lorca. 
miércoles, 16 de enero de 2013
La vida en este caso
Sigo con Soares que nunca defrauda: 
"Me pierdo si me encuentro, dudo 
si opino, no tengo si obtuve. 
Como si me pasease, duermo, pero 
estoy despierto. Como si durmiese, 
despierto, y no me pertenezco. La 
vida, al final, es en sí misma, 
un gran insomnio, y hay un 
aletargamiento lúcido en todo 
cuanto pensamos y hacemos". La 
vida, pienso yo ahora, es ir al 
Rastro en busca de algún aforismo, 
ver a mi sobrino de locura Ager 
riendo mientras le miro, algunos 
atardeceres, la escritura de un 
poema en el café Cires, mi Alicia, 
Madrid y sus contradicciones, 
habitar los sueños pendientes, el 
mar que me salva del naufragio, 
saber que no te rindes aunque el 
mundo se agriete. 
martes, 15 de enero de 2013
Somos
Decía Bernardo Soares lo siguiente: 
"Sabio es quien monotoniza la 
existencia, puesto que entonces 
cada pequeño incidente tiene un 
privilegio de maravilla. El cazador 
de leones no tiene aventuras más 
allá del tercer león. Para mi 
cocinero monótono, una escena de 
bofetadas en la calle tiene siempre 
algo de apocalipsis modesto. Quien 
no ha salido nunca de Lisboa viaja 
al infinito en el tranvía cuando 
va a Benfica y,si un día va a 
Cintra, siente que ha ido a Marte. 
El viajero que ha recorrido toda 
la tierra, de cinco mil millas en 
adelante no encuentra novedades, 
porque solo encuentra cosas nuevas; 
otra vez la novedad, la vejez de 
lo eterno nuevo, pero el concepto 
abstracto de novedad se quedó en 
el mar con la segunda de ellas". 
Cierro, cansado todo yo, el 
Libro del desasosiego. Así se van 
los días, si monotonizar la existencia 
para que no sea monótona. Pero 
no es tarde. Estar vivo no es un 
fracaso. Sé guerrera, busquemos 
ese mar en el que quedarnos. La 
isla será nuestra como nuestro es 
el futuro. Habrá bengalas que nos 
iluminen para salvarnos de la 
escarcha y los piratas. Somos otros. 
Mañana no será lo que la Monotonía 
quiera. 
jueves, 10 de enero de 2013
Despierto
Despierto y el dinosaurio sigue ahí.
Veo claro el argumento de mi novela.
Quince folios, con mucha ilusión
y con la sensación de que aún no existen los problemas.
Despierto, el caso es que es enero y yo te amo.
Suerte, imagino, el no deber nada a nadie,
cuidarse de la amargura,
que mi fiebre sea el optimismo,
relativizar el éxito y el fracaso
como Bogart en Casablanca .
Pasa el tiempo y no es malo,
con la sonrisa prendida en el rostro.
La prima de riesgo está por los aires.
Pero aquí estamos, entre la realidad y el deseo.
Despierto, como te digo.
Es enero y yo te amo trepando al árbol del pecado,
ése mismo en el que tallo nuestros nombres,
te busco para convencerte de que estamos a tiempo
(adhuc tempus se decían las viejas leyendas).
El futuro es nuestro. Sé que insisto mucho,
espero que me perdones, pero continuamos en el viaje.
Estamos despiertos. Ahora más que nunca.
miércoles, 9 de enero de 2013
Cartas desde el insomnio
Me entretengo leyendo, imagen 
interior de mí, los diarios de 
Andrés Trapiello. En esta ocasión, 
temblorosa de fiebre y frío, le 
toca el turno a 
Apenas sensitivo (Pretextos, 
2011). Me quedo lírico y preciso 
en la carta futura recibida en 2003 
desde el 2009 (que, digamos, es un 
recurso muy literario) en la que 
un amigo X le incita a que deje de 
escribir su novela en marcha. 
Apreciación (ganas de no hacerle 
trabajar) con la que su mujer M. 
está de acuerdo. Y le dice: "Estoy 
de acuerdo con X, esos libros son 
el proyecto de un romanticismo 
suicida. Acabarás quedándote solo: 
unos querrán irse de tu lado, 
porque les dará miedo estar junto 
a alguien que puede contarlo todo, 
y no querrán compartir nada contigo, 
unas veces por temor a ser 
juzgados o simplemente narrados, y 
otras, por el contrario, cansados 
de que hables ya de todos menos de 
ellos. Desde luego me apenaría que 
esos libros dejaran de escribirse, 
porque son nuestra vida, la tuya, 
la de los chicos, la mía, y sabes 
cuánto me gustan pero todas las 
cosas tocan a su fin. Lo que hayas 
escrito de la vida, vida será, y 
nadie podrá quitárnosla ni a ti ni 
a los que nos encontramos en ella". 
A mí me recuerda, nada importa y 
todo es repetición, a mi futura 
mujer de 2019 que me llega ahora 
en 2013, a mi Alicia particular. 
Algo así. De momento le parece 
genial y fascinante que escriba 
sobre mis recuerdos o manías, 
aunque haga exceso de sentimiento, 
exceso de prosa, exceso de todo. 
Para acabar el día escribo una "Carta 
desde el insomnio", que nunca verá la 
luz: "A veces en mi cuarto metafísico, / 
ocupado en tachar alguna página, / he 
sentido entrar por las ventanas / al 
reloj de la noche. / ¿Es que nadie 
conoce mi desorden, / quiero decir, que 
soy / un animal nocturno? / Como odio 
el lugar común, me pongo el abrigo, / 
empiezo a caminar de este a oeste / 
recibiendo una luna que es ajena. / Al 
quedarme más solo que yo mismo / 
toco el brazo / de las pequeñas lluvias 
y los cielos salados, / tanta gente en 
la calle que sale bien peinada / y 
escribe sus historias / por crear un 
autor / a la medida de su gusto. / 
Hay tanta dignidad en los garitos. / La 
escritura es un signo muy visible / 
en estas horas frías. / Luego regreso 
a casa, muy cautelosamente, / dibujo 
al margen del papel, / espío en la 
ventana. / Desde la habitación, a 
tientas, / respiro el tornado de la 
literatura".
jueves, 3 de enero de 2013
Un mal sueño
En sueños me encontré una muchacha
alta, indiferente, secreta, 
atrozmente invernal que se
encaminaba hacia mí. De pronto, 
intenso y breve, su rostro estaba 
cerca del de Nicole Kidman y, 
durante los siguientes nueve 
minutos y medio, sus facciones se 
transformaron en las de Cristina 
Rosenvinge. Era un mundo aparte. 
Se creía una persona / personalidad. 
Comenzó a recitarme, para atención 
del personal, lo que, según me dijo, 
eran unos versos míos que discretamente 
le había dedicado tiempo atrás: 
"Tu rostro no es tu rostro / es un 
beso que llega del pasado. / 
Escribo para que me leas, / para 
despertar cierto interés / a su 
debido tiempo". Al acabar de recitarme 
me fijé, pero ni tenía inquietudes 
vitales ni sabía lo que era eso. 
En sueños a veces nos encontramos 
personas engatilladas y amargas que, 
por tener orgullo, se quedan más 
solas que la 1, en clave de frío. 
Como la muchacha de anoche. Justo 
cuando iba a despertarme y dejarla 
atrás, me dijo que no la abandonara, 
que no la dejara sola en tierra de 
nadie. Sacó entonces unas líneas 
de una carpeta azul, que me 
recordó mucho a la del poeta 
ovetense Ángel González. A veces 
juzgamos con aparatosidad a los 
demás. Y es que hay palabras 
tranquilas que aciertan y caen, 
como una piedra, en el fondo del 
alma: "Que tu norte no se olvide 
nunca de mi invierno", me dijo 
(lo cual en absoluto es malo). De 
repente su rostro volvió a ser 
su rostro en mi sueño rebelador y 
revelador, con be y con uve. Al despertarme, 
perdido, quise regresar de nuevo 
pero medité que antes de ponerse 
a soñar, hay que saber donde 
vamos, y cuál es el mejor camino. 
Y es que, como dijo Umbral, la 
amistad es más fuerte que la 
familia o el amor. Según qué 
amistad, claro. 
miércoles, 2 de enero de 2013
Veracidad
Acto de barbarie: dejar el folio a medio camino, no perderse en el tiempo de un cuarto o no ser la herencia del recuerdo. 
martes, 1 de enero de 2013
Nuestra patria es el trayecto
Es difícil influir en la realidad 
en la que vivimos si somos meros
espectadores en un tiempo de descrédito. 
O participamos de ella por 
definición, o no somos. Pero hay 
días en que me levanto con una 
esperanza con mayúsculas, humana,
perfilada, refulgente, neta, si tú 
me miras. Las barras de los bares, 
los lugares desconocidos, la conversación 
de tus estudios, la playa de S. 
Lorenzo han aprendido de memoria 
a convivir contigo. Tu tren vital es 
maravilloso. Cuando vienen días 
grises, si me veo necesitado de energía, 
vienes por los raíles del tiempo hasta 
mí, tan viva y con tanto presente. A 
veces necesitamos saber que le importamos 
al otro. Les doy la lata con los 
trayectos porque pienso, a menudo, en 
las sílabas de mi futuro. La verdad es 
que creo en nuestra coincidencia, en 
nuestro poder de decisión. Nada está 
escrito. 
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