sábado, 31 de diciembre de 2011

Fin de año

"Contigo me siento a salvo",

me susurra mi amor

y el inmenso mundo,

en primera línea de fuego,

parece detener su giro,

eterno e inviolable.



Asumo el reto de vivir,

tercamente, y el nuevo año

recién llega te nombra,

rumia su hastío

y yo, tan Ulises en Ogigia,

hago propósito de mejorar

en días venideros

porque nunca es tarde

y te extraño si me faltas.



Vivimos con miedo, aterrados,

con tu misiva a mi cita

tan diciembre,

y lanzo al aire mil preguntas

trastabillándome,

por estas calles que me recuerdan

a las que suelo habitar

últimamente.



"Me siento a salvo", dices

pasajera y urgente,

mientras pido que se aplaque la crisis,

que nos incendien los días

como naves ardiendo, renovadas y azules,

más allá de Orión.



Atónitamente abiertos

procuramos sonreir

a la ciudad que no quiere sonreirnos.

Y entonces, me apresuro despacio,

contigo, luciérnaga inquieta. Nunca es tarde.

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