Te eché de menos
rezumando urgencia
y oscuras golondrinas.
Hoy amanecí febril
y sin ganas de amanecer.
Pero recordé con este corazón
y con las cosas buenas
que soy un privilegiado.
Vivimos tiempos difíciles y,
para quien no lo sepa,
esbozar una sonrisa
es suficiente para abandonar
al fracaso rocambolesco.
Te eché de menos y, ya ves,
mis ojos brillaron
con el calor de tu sms,
y el mundo era mundo,
un rumor de palabras prudentes.
Ahora traigo ideas nuevas,
un cúmulo de sensaciones
por asimilar,
el contexto de lo vivido
que me dice cuáles son las deudas
que silban por mis venas.
Te eché de menos muchas veces mucho
y, al cerrar los párpados,
yo quería ser yo, que diría
el poeta granadino García Lorca.
El ser humano es poliédrico
y nada sabe de amor
si no se reconoce en nuestros pasos,
ya te lo dije.
Creo en un mundo mejor, e inevitable.
¿Y para qué mentirnos? Creo en ti. En esas ando.
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