sábado, 17 de diciembre de 2011

Oxímoron

En este día en que mi memoria / pupila trae un pensamiento camuflado, nocturno o diurno; en este día profundamente dormido y mudo, al pie del espejismo, como si el mundo se hubiese parado en su tráfico implacable, como si se hubiera parado su tráfico, me viene una imagen próxima y pacífica, como inventada, soñada o creada / recreada: la supernova. Quizá con disfraz luminoso se pueden colar sinónimos de casi todo: verdad, rumor, transparencia. Quizá el futuro es quedar para mañana (lo que me salva "al otro lado de las cosas", que diría Rilke). Es la supernova de entonces, una de las que hablé en este diario, que viene de un mundo joven y da en mi vista, galaxia en espiral donde se rompe el espejo de las horas, que han sabido esperar en todas las esquinas. Una luz sigilosa, larga igual que lo perdido, forma parte de mí. Dichosa tú, supernova, que conservas razones para cuidar tu claridad en estos días convulsos, esos en los que cae la nieve. Yo sé que tu luz es uno de los míos y arde en mi pecho. "Yo, bebedor de Whisky, en tu beso conozco la ginebra", se dijo el poeta. Sé que las cosas van a ir bien (como siempre van) pues hay inviernos cálidos y oscuridades claras, por hacer el oxímoron. Nunca será tarde si hay un sol a la puerta de mi noche.

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