domingo, 13 de noviembre de 2011

Llámame

Ayer a las diez de la noche, de repente, reflexioné sobre mi encuentro con X. "Buenos días, bella durmiente".  "Hoy sí que te he visto". Y yo la miro encantado. Y ella me sonríe. Hubo un deslumbramiento que dejó una tarde preciosa. Fue el mejor momento del día. La realidad es a veces un asunto que desemboca en este cuaderno. Me digo: "Tu sonrisa es la única capaz de quitarme la sed que arde en mi pecho, en ella suena resumida la grandiosidad del planeta". La ciudad, en una tregua, me miraba demasiado a menudo con tus ojos y parecía otra distinta a aquella que veía antes de tropezarme contigo en Salesas. Estás en el rostro de los transeúntes en el momento de cruzar un semáforo. En una chica práctica, serena, bellísima, con una voz muy bonita y unos ojos que pasaban sin mirarme. Pero en ellos se encuentra uno a salvo, y miedo y ansiedad se esfuman. Luego, leyendo La utopía Skinneriana de José Luis Prieto, este fragmento: "La motivación como elemento determinante del comportamiento, o su ausencia, ha sido utilizada con cierta asiduidad por los mentalistas. Desde el punto de vista skinneriano parece más conveniente investigar seriamente cuáles son las contingencias defectuosas responsables de esa falta de motivación". Cierro el libro y no hay nada que pensar pero pienso, como haría Skinner, que un fracaso no es una equivocación, nunca lo será si miro tus ojos y me encuentro en ellos. Es relativo el éxito y es relativo el fracaso. Éxito: la risa, cada mañana, ponerse a escribir para acercarnos, la noche que te busca, tu nombre, el deseo, la complicidad, tu horario al doblar todas las esquinas. Fracaso: los charcos sucios, el cansancio incómodo, el desierto, un golpe de niebla o tu ausencia. Llámame, son apenas las ocho, regresas de las calles a mi pensamiento, metálico y humano. Llámame, no sé si te das cuenta, la amistad -como el amor- tiene letras diferentes, para decir dispersa, para verte y saberse privilegiado. Bien sabes que mi cuerpo conoce una memoria, y te busco entre todas las mujeres.

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