martes, 15 de noviembre de 2011

Lienzo y tacto

Desde el hombre que soy a veces me da por pensar en el amor. Últimamente hablo mucho del tema con mi entorno, que me pide consejo (pero no hacen caso). "Uno se pregunta si el amor tendrá edad, si el tiempo será implacable como los espejos", decía la poeta nicaragüense Gioconda Belli. Yo sé que no. ¿Qué pasa en mi interior? Continúo, trabajosamente, con mi charla para Complementos de Formación que tratará sobre la canción de autor y la poesía. Van unidas, desde mi humilde punto de vista, necesariamente. Llevará por título: Un poema no es una canción pero su orden se escribe con la voz de las palabras. Haré un recorrido por la trayectoria de Ismael Serrano, la del poeta granadino Luis García Montero, y hablaré de la utopía, si da tiempo. Pero es otra historia. Hoy fue el turno de algunas de mis compañeras y compañeros, y uno se sintió privilegiado. Me viene ahora el asedio de alguna frase y autores con eco. Ángel González, Horacio, Garcilaso, Joaquín Sabina, entre otros. Se habló de literatura y cine, Los Simpsons, Brian de Palma, pintura, fotografía. Pasión. Conocimiento. Entrega. Convicciones. "Poesía y fotografía comparten brevedad, potencia de imágenes, intensidad", dice mi amiga Ángela, y a mí me devuelve por un momento al viejo y leal Café La Corte, con su cristalera por la que veo desfilar transeúntes con prisas, camino de algún rumbo indiferente, pero quedan congelados en mi retina. "Solo soy cuando estoy en La Corte o entre tus brazos", escribí hace tiempo. Hoy me levanté reflexionando sobre el amor, como digo. Hay días en que el amor viaja en mí como sombra desquiciada. Pero también viajan las palabras y los pensamientos. Todos debiéramos ser aceptados, conocer las cuevas secretas y futuros perfectos. Reniego de las palabras sombrías, de las exposiciones irreprochables en estos tiempos convulsos. Escucho tus pasos en la distancia, y te convoco. Sé que eres tú y pronto brindaremos en un atardecer perfecto. A veces -me digo rebelde- me gusta ser testigo de mi vida impropia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario