domingo, 5 de febrero de 2012

El del espejo

Ese tipo del espejo no soy yo. Yo no tengo esas barbas, ni esa melena, ni esa enorme cicatriz en la cara. Me asusto tanto que voy corriendo a la cocina, para contarle la experiencia a mi mujer. Pero ella, al verme, lanza gritos histéricos: -¿Quién es usted? ¿Qué hace usted aquí? ¡Socorro, Pedro, ha entrado un ladrón en casa! Como veo que no puedo calmarla, vuelvo al cuarto de baño, intento hablar con ese tipo que me mira desde el espejo, pedirle que se vaya, y estoy todavía enfrascado en mi imposible conversasción cuando llega la policía, me detiene, me trae a la comisaría. Hay otro detenido, y lo miro con horrorizada sorpresa: su cuerpo es el mío, sin duda, y el mío debe ser el suyo, por la manera de dirigirse a mí exigiendo que se lo devuelva. ¿Qué juez puede resolver este caso?

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