jueves, 23 de febrero de 2012

Duermes

Bajamos la luz, y tú duermes.
Y aquí estás tú, luminosa.
Fuera del aula hace frío.
Eres la respiración
retumbando en la madrugada.
Eres la hora prudente
y la voz discreta,
repleta de fragilidad.

Estas noches son largas
y arañamos nuevos neones
compañeros de batallas.
Pero tú duermes.

Duermes, pequeña,
tan tú rezando alguna huida
vestida de febrero
y de desorden,
mientras la ciudad, con su llanto, 
aún bosteza.

Es invierno.
Como casi siempre que hago balance.
Es solo que te echo de menos, ya ves,
ausente como estás como el sonido
de nuestras mudas palabras.

Al fin y al cabo,
tú duermes soñando
con nuevos horizontes
y viejas constelaciones,
al fondo de tu bolsillo.

Y yo pienso en los versos
que aún te debo, rumor de las horas.
Y me sé vivo.


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