A la sensación de que eres cada día.
Te busqué en cientos de miradas,
en todos los espejos
que encuentran tus razones.
Busqué tu hermosura ruidosa,
el sabor de resaca
donde poblar tus dudas.
Tú mueres sin vivir en mí.
Es verdad tu presencia.
Solamente nosotros
tenemos los labios ardiendo
en el fondo de mi bolsillo,
abrazos que conducen a tu vientre.
Te busqué en unos versos de Neruda:
"Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad mis alas".
Te busqué en taxis sin nadie
y en esperanzas descalzas
mientras una voz susurraba,
aún hermosa y joven,
"perdona si me ausento".
No sé cómo decirte.
Te busqué y, al fin,
supe de tu existencia
que ahora escribe mi futuro.
Echo de menos un estrambote hiperrealista alusivo al tsunami de orina que arroyó por el Milán anoche, por lo demás me gusta y mucho, que en Facebook no se puede cuantificar.
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