domingo, 18 de septiembre de 2011

No me preocupo

Una nueva etapa que me obsesiona con el comienzo del Máster, en la que solo conozco a un alma entre la marabunta juvenil (la conozco hace ya muchos años, nos llevamos bastante bien últimamente); miro sigilosamente a mi alrededor, observo. Nada me gusta más que ser poeta. Es de las pocas cosas que se me dan bien hacer solo, pero tendré que variar ciertas rutinas, en eso anda ahora mi vida en este intenso septiembre. Muchas noches antes de dormirme, cuando trato de no pensar en nada y pienso en todo, me pregunto cómo será este año en lo personal y en lo literario. Sé que está todo por hacer. "Con los ojos ciegos no sabemos ser felices", escribió José Hierro. Digamos que yo los tengo bien abiertos aunque me ciegue la luz de la que te hablé. "Eres muy sensible", me dice María amablemente. Sonrío con la certeza de que, vaya donde vaya, llevaré esa frase conmigo, y temblará en mi pecho como un abrazo. Parece estar hecha para mí, y lo agradezco. El cielo se va poniendo azul, y todo está a mi alcance. Yo, mientras, sostengo la mirada a las dudas. Siempre buscaré la mejor opción, y me saldré con la mía. No me preocupo. Nunca cierro las ventanas ni las puertas, siempre dejo un grifo abierto. Por lo que pueda venir.

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