viernes, 17 de junio de 2011

Otra vez

Anoche soñé con X. Me encontraba con ella en el Parque San Francisco. Seguía siendo morena, de ojos negros, y de una belleza apacible, jodidamente hermosa, quiero decir. Pero de pronto el Parque San Francisco se transformó en el Campus del Milán, como por arte de magia. Así de raros son los sueños. Me miraba con cara desconocida. No supe qué decir. Pregunté si tomábamos algo en el café Titanic. Sería mi primera copa como Licenciado, algo parecido a la felicidad. Pero ella no me contestó. Qué extraña sensación de irrealidad. En sueños, ciertas veces, las personas no contestan. Guardan un silencio atronador. Me despedí de ella y me fui a mi casa. Cuando llegué el teléfono no dejaba de sonar. Era X, no paró de llamarme, deseaba hablar conmigo. Le dije que si quedábamos, pero no me contestó. En los sueños los teléfonos no dejan de sonar nunca y decidí bajar a dar una vuelta para airearme. Sin pensarlo dos veces me fui hasta Los Prados y respiré con alivio, aunque tardé seis horas en llegar en un trayecto de solo veinte minutos. Así de raros son los sueños. Caminé y caminé escuchando el rumor de la gente. Me topé con X de camino, la saludé, pero no se paró, con cara desconocida. El móvil comenzó a sonarme unos minutos después. X no dejaba de llamarme. Al doblar la esquina, no había nadie. Tan solo una sombra que me seguía con el brazo extendido. "¡Espérame!" -oí decir. Me fijé y era X de nuevo la que me acechaba como en mis peores pesadillas. Como cuando estoy despierto.

2 comentarios:

  1. “A todos nosotros (...) nos han sucedido cosas terribles. Pero el sabor de lo terrible no es el sabor de la pesadilla, que es inconfundible, como el sabor del café”

    JL Borges

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  2. "El mundo es una pesadilla
    y yo he sido tan feliz.
    El mundo se derrumba y gira,
    pido disculpas por vivir".

    Ismael Serrano

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