Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope.
LUIS CERNUDA
Se agita el mundo en un café de luces
espesas e ilusión del porvenir
donde charlar con las primeras sillas.
El futuro es un gesto, un desvelo
y una piel en donde el amor habita.
El humo de tus ojos
se dice con palabras no vencidas:
duda, afán, paraíso.
Esas cosas acaso exactas
de balcón en balcón,
de labio en labio,
en un rumor de cuerpos que no cesa.
Vuelvo hacia ti
y el amor es una serpiente.
Sola
la primavera escribe su nostalgia.
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