domingo, 22 de agosto de 2010

Regresos

Bastará decir que los regresos son un vaivén de emociones, brillantes, cortantes, no decepcionan, a veces llegan en el color dorado de la tarde; otras en la oscuridad de la noche; pero cuando los sientes pasar por delante de tu puerta o en medio del jaleo del café, te dan el color del mundo -según compruebo ahora-, no del universo débil y lejano, sino del mundo firme y seguro. Gracias a ellos, lo sé, se detiene toda vida, aparece la estricta verdad: que no somos otros, sino nosotros mismos.

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