viernes, 20 de agosto de 2010

La mansión de los muertos

Mañana tranquila y clara en Gijón, con el brillante cielo azul. Comemos en El Molinón, caminamos por la playa donde, de rato en rato, yo recuerdo momentos compartidos con Laura, no hace tanto. Luego, al llegar a casa, ya de noche, traigo conmigo casi la certeza de pertenecer todavía a este mundo. Hay unas líneas de Samuel Beckett, curiosas a mi entender, que me siguen muy de cerca. A veces basta con eso: "Cuando estoy fuera, por la mañana, voy al encuentro del sol, y por la noche, cuando estoy fuera, lo sigo, casi hasta la mansión de los muertos".

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