lunes, 9 de abril de 2012

Volvemos al viejo máster

Vuelve la primavera y estamos despiertos
y soñamos con alterar la realidad
inalterable,
transitando la memoria
y recordando lo que es vivir
en esta espiral implacable
que no nos permite hacer balance,
reparar en las pequeñas cosas
formulando preguntas,
recuperando lo perdido en cierto modo.

Y en ese viaje estamos.

Volvemos al viejo máster inconcluso
en que busqué tu sonrisa de aula en aula,
allí donde fuimos los mejores
eternamente efímeros.
Tu ausencia es un miedo patológico,
me hace desatarme del mástil
rumbo al canto de las sirenas,
dádiva de tus ojos
de tierras innombradas
que me rescatan del naufragio.

Volvemos, aunque quizá nunca nos fuimos,
con la voluntad voraz
de quien no se rinde,
con tu piel, vestida de abril,
y mi necesidad íntima
de escribir con naturalidad.

Nunca es demasiado tarde
para mirar al horizonte, y lo sabemos.
Nada nos hará perder el gesto
sabiendo que estamos vivos, a pesar
de los galeones, los piratas, tanta espera.

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