lunes, 16 de abril de 2012

Reflexiones sobre Wendy

Me pregunto una y otra vez por Wendy

como un tipo solitario,

en este abril de luz

que me toca vivir.

Se busca, con inquietud y nervios,

una mujer que no crezca

sorteando olvidos como vendavales,

que beba de mis versos

y me haga sentir menos solo,

para dejar de ser un niño asustado.



Me miro en el espejo

como quien mira arrugas que no llegan,

o el ánimo en la solapa

leal de la memoria.



Me pregunto por ti, Wendy,

rehén de mi pasión

mientras el barco de Garfio

se balancea en las aguas metálicas

entre el delirio y la mentira.

No nos olvidemos nunca de quienes fuimos.

El tiempo pasa y pasa, es otro,

y recordaré estos días felices

en que me tomé un descanso

con el relámpago de tu risa

blanca y luminosa.



Fui feliz a ratos. Permíteme ser cursi

en esta aula / descanso en que somos otros,

de paso, no sé si mejores.

Y como una jauría de luciérnagas

miro a mis compañeras,

y me pregunto por ti, Wendy,

una y otra vez,

a sabiendas de que perdonaré tu retraso.

Estás llegando.

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