sábado, 1 de octubre de 2011

En tu mundo (Y un haiku entre mis sienes)

Me miro al espejo, y aún veo a un adolescente. Salgo a la calle con prisas. Me espera el tren a Gijón. De camino escribo un nuevo relato (tras muchos meses) que, provisionalmente, se titula "Fisonomía". Quedará bien. Eso creo. Me llega un mensaje de México de mi amiga Dulce, a la que tanto aprecio, que me da ilusión todo el día, toda la noche, y parte del día que ni existe. Hablamos de ausencias presentes que abarcan vidas enteras. Mas seguimos vivos. En fin. "Si no fuera por mí, sería por otra", me dice a media tarde N. al sugerirme inconscientemente un posible título para mi relato (como tesoro luminoso). "Ya, ya... en tu mundo se vive bien", le respondo (qué diablos). Cuando ya está cayendo el día, un haiku entre mis sienes me recuerda qué es vivir en días inciertos: "Amé. Me amaron. / Pero busco a mi Alicia, / besos ardiendo".

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