¿Mi defecto más peligroso? La amabilidad. He trabajado bien toda la mañana en un poema heredero de la poesía de Salinas. Si el boceto no sale mejor lo romperé y trataré de escribir otra cosa. También he rescatado algunas de mis frases preferidas de ciertos referentes: "Yo quiero ser de plata" (García Lorca); "Basta con conocer lo que es bello y atreverse a expresarlo" (Goethe); "En el instante vulgar hallo un paraíso" (Gabriel Celaya); "He permanecido aquí y he escuchado la voz del río. Me ha hablado mucho. Me ha llenado de grandes pensamientos" (Hermann Hesse); "La vida corriente no me interesa. Solo busco los momentos fuertes. Estoy de acuerdo con los surrealistas, busco lo maravilloso" (Anaïs Nin); "Pobre musa mía, ¿qué te sucede hoy? Espectros nocturnos invaden tus hundidos ojos, y en los colores de tu cara alternativamente veo la locura y el pánico, con su frío y su tristeza" (Charles Baudelaire). Cierro los libros. Estás lejos y entonces salgo a tu encuentro, como si el mismo demonio me hubiera arrancado de casa. Bebo océanos de rostros y salto las olas pero ninguna se parece a ti frágil y feroz, llena de inquietudes. Volveremos a vernos más pronto que tarde. Ya estás en mi vida, no hay dudas de estar vivo y uno se siente a salvo de miedos y reproches, aunque tú no lo sepas.
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