viernes, 30 de julio de 2010

Notas de un diario

Lo que vemos de las cosas no son las cosas, sino nosotros mismos.

Todo amanecer está en medio de ninguna parte.

El amanecer es como abrir y cerrar puertas que dejan a los que miran pensando en lo que se ve en un momento.

La mañana es, en realidad, todo lo que no sabemos.

No te angusties por el ayer: ya es pasado. Ni te preocupes por el porvenir: aún no viene.

Lo extraño: nada tan desconocido como lo muy conocido.

El amanecer es largo. La vida corta, como un cuchillo.

Alguien demora, al amanecer, el paso del tiempo.

El amanecer es antes que nada lo que se puede perder, su último fin no tener fin.

Así soy yo. Cuando quiero ver claro, pienso.

Las calles del amanecer están pavimentadas con fantasía y sueño. Y las del anochecer con cansancio.

Su alma era como el prisionero de una celda, que contempla a través de su ventana el sol puro y los campos libres, presa de una infinita tristeza.

En el paraíso que yo imagino, todo el mundo es incapaz de apartar la vista de nada, de nada que esté vivo.

Palabras de despertar y de tristeza, voz de un ensueño olvidado, dolor de una ilusión.

El cielo era de un color mojadamente sucio y tan lento y vacío que daba casi ganas de llorar.

Como Fernando Pessoa no sé si duermo o solo siento que duermo.

Aquello que soy se parece bastante a lo que no seré.

Cuando la mañana llega trae consigo gracia luminosa y todo espera, como para el último acto de una obra de teatro.

Al borde del abismo, él se aferra a amaneceres.

Buscar un amanecer es siempre buscar otros.

Nadie ve dos veces el mismo amanecer.

El amanecer es más ligero que el fuego o la bruma.

Nada vale la pena de ser mirado si lo que se contempla no es un amanecer.

Tantas cosas, tantas, y todas quieren amanecer.

Cada amanecer es un espectáculo con otro escenario.

Soy un viajero afortunado; siempre llevo conmigo el acompañante ideal: el amanecer.

En una mañana caben todos los olvidos.

Ningún amanecer como huir hacia donde no hay dónde.

2 comentarios:

  1. Están muy bien, pero a sabes: tienes que hacer aforismos nietzschenianos.
    Un abrazo

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  2. Se intentará...Por cierto, estuvo muy bien la comida del sábado. Ya la repetiremos.
    Un abrazo

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