martes, 20 de julio de 2010

Yehuda Amijai

Es Yehuda Amijai (Würzburg, 1924), sin duda, uno de los autores más grandes de la poesía israelí. Poeta de temas cotidianos y amores dolorosos, cuando niño emigró con sus padres a Palestina. De aquel tiempo recordará un hecho que le cambiaría la vida: "Los británicos tenían bibliotecas móviles y durante una tormenta de arena se volcaron los furgones y los libros quedaron tragados por la arena. Empecé a excavar y tropecé con una antología de poesía inglesa: Eliot, Auden, Dylan Thomas... Hasta entonces nunca había escrito poesía. Cuando leí el libro sentí que yo podía hacer eso no mucho peor que ellos". Así, al autor de Ahora y en otros días (Premio Bialik, 1956) se le consideraría, años después, artífice de la llamada "Generación de Estado". Poeta traducido a más de 20 idiomas, supo expresar, como pocos, la existencia simultánea en el espacio y en el tiempo. Buena muestra nos dan estas palabras suyas: "Cuando éramos niños teníamos libros de cuentas muy feos, sin dibujos. En la última página estaban las soluciones de los ejercicios, pero eso no ayudaba a solucionarlos. Todos los días de mi vida estuve ocupado en solucionar problemas, y ahora he llegado a la última página en la que se encuentran las respuestas. Y eso es maravilloso".
Hoy, revisando antiguos números de la revista Clarín, por casualidad, me encuentro con el viejo poeta jerosolimitano. Aprovecho entonces para leer la selección realizada por Martín López-Vega. Y hay, de entre todos, uno que me vence:
Recuerdo un problema en un libro de matemáticas
sobre un tren que sale de un lugar A y otro tren
que sale de un lugar B. ¿Dónde se encontrarán?
Nadie preguntaba nunca que ocurriría entonces:
¿se detendrían, se cruzarían, chocarían?
Ningún problema hablaba de un hombre que sale de A
y una mujer que sale de B. ¿Dónde se encontrarán,
se encontrarán realmente, y durante cuánto tiempo?
Como en aquel libro de matemáticas: por fin he llegado
a las páginas finales con las respuestas.
Ahí donde está prohibido mirar.
Ahora está por fin permitido. Ahora compruebo
donde acerté y donde estaba equivocado,
y sé lo que hice bien, lo que hice mal,
lo que ya no podré arreglar.
Yehuda Amijai, Un idioma, un paisaje, Antología poética (1948-1989), Hiperión, 1997.

No hay comentarios:

Publicar un comentario