lunes, 15 de agosto de 2011

Vivir

Ya no tengo excusas. Cierro la puerta y me voy en dirección al mundo de tus pasos. Tu sonrisa no hace daño a nadie. Me queman en el pecho las palabras firmadas por tus labios y me abandono al interrogatorio de tus dudas. Nunca será tarde si tu boca sueña con la fiesta de mi noche. La verdad es que reflejarme en tus ojos no es sencillo. Pero tú que sabes quién soy aunque nunca lo sepas, camina junto a mí buscando la serpiente. Yo tu Adán con prisas. Tú mi Eva, desnuda y decisiva. Tengo la eternidad entera para vivir contigo.

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