martes, 9 de agosto de 2011

La piel

La piel no es un tiempo más largo,
ni abreviar.
La piel no es colocar las cifras,
o un sol entre la lluvia,
o un sonante abrecartas
porque el amante lo utilice.
La piel no es una magnitud
en las manos de nadie,
puerta de sueños
que se calla encallada
renqueante de antes.
La piel es como escribo ahora mismo
soledad y desorden
con luminosidad de espada.

Ni caligrafía distante
ni la calle de tanta noche.
Ser o no ser, piel o no piel,
bucanera, estival, piel de sigilo
cargada de respuestas,
de lunas vivas,
de la paciencia fiel de enamorado.
La piel conduce a  alguna parte,
se hace boca y manos,
es la pululación que trae smoking dorado
y da sed y alegría, y no cesa.

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