lunes, 22 de agosto de 2011

Acariciado mundo

Hablo, desde mi imaginación, con mi amiga Dulce, de esto y de lo otro. Me dirijo con mis certezas, deslizando los ojos en un mar de fantasía, a su Xalapa aún desconocida. Uno, si posee verdadera sabiduría, puede, se decía Pessoa, disfrutar del espectáculo completo del mundo sin moverse de una silla. Las dudas y los sueños, que no son más que un estado de ánimo, se van haciendo horizonte, y mientras tú y yo nos tomamos un café en el Tenampa. "Busqué el poema de Ángel González, y me dejó sin palabras", me dices. "Siempre ha sido uno de mis referentes. Era ovetense, como yo lo soy". Visto de nuevo mi cuerpo y, aunque el viaje nunca acaba, me encamino de nuevo a Asturias dichoso por encontrar tu mirada febril y deseada. Hoy es siempre.

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