martes, 22 de febrero de 2011

Primeros poemas

Concluido la Antología poética de Antonio Gamoneda, que compré el miércoles en una librería de ocasión. Del mundo literario del Premio Reina Sofía (2oo6) me interesan por lo leído (poco, tras sesenta años de trabajo poético) sobre todo sus primeros libros, acaso menos experimentales en mi opinión. "Es un hombre. Va solo por el campo. / Oye su corazón, / cómo golpea, / y, de pronto, el hombre se detiene / y se pone a llorar sobre la tierra", dice uno de sus poemas de La tierra y los labios (1947-1953); o el escrito en el Ferrocarril de Matallana, uno de los que más me entusiasman, perteneciente a Exentos I, que concluye: "¿Qué hago aquí?, ¿quién me espera en / este lugar excavado en el silencio? / No lo sé; con el tren se aleja / algo que es cierto aunque no puede ser pensado; / es algo mío y no me pertenece. / Está dentro y fuera de mi corazón". Pero si me permitieran elegir uno solo de esta breve antología yo escogería sin duda uno de los poemas de Blues castellano (1961-1966), se titula "Caigo sobre la silla" y habla sobre el valor de la amistad (y copio íntegro) "Cuando yo caigo sobre una silla / y mi cabeza roza la muerte; / cuando cojo con mis manos la tiniebla / de las cazuelas, o cuando contemplo / los documentos representativos / de la tristeza, es / la amistad quien me sostiene".



Antonio Gamoneda, Antología poética, Alianza Editorial, 2oo6.

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