Estoy leyendo, releyendo mejor, Una verdadera novela. Memorias, de Philippe Sollers. "La pasión es el imperativo de presencia, porque esa presencia nunca habría debido presentarse, y porque en cierto modo confisca el tiempo mismo", parece decirme. Y entonces sueño estar lejos, muy lejos, en una isla desierta, sin rumor de cuerpos, sin horarios, cargado solo con algunos libros clásicos y con una sola mujer.
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