jueves, 10 de febrero de 2011

Oxímoron

Vivir con verdad que sorprende tu boca. La verdad y la mentira de las soledades humanas. El trato con desconocidos sin brújula, el no llegar a desvelar jamás lo que hay detrás de una mirada indecisa que se parece a la tuya demasiado. Nada nos incendia como una mirada. La mirada del olvido, la mirada del amor, la mirada de la excusa. 15:20. Como cada mañana el sol se levanta a mi espalda, pero esta vez en Avilés. Día radiante. Imagino los sitios donde estarías. Y sueño, como otras veces, que vuelvo a Astillero, que rodeo la Travesía de Orense en tu busca, y se me llenan los labios de oscuridades claras y vacíos habitados. Solo el amor es duro, me repito. El caso es que estoy en Avilés. La ría se transforma de improviso en la Ría de Solía para tenderme su brazo. Escribo tu nombre en todos los árboles bajo la lucidez del día y sus preguntas, y me siento vivo irremediablemente. Ya metido en las dudas de la noche, regreso a casa pensando en ti, febril de tu futuro. Y tarareo una canción adolescente, pues sigo vivo.

2 comentarios:

  1. Felicidades por el blog, Miguel. Qué bueno charlar contigo de nuevo ayer.
    Y felicidades por los poemas de "A partir de ayer". El título no me gusta mucho, pero los poemas son de verdadero ingeniero agrónomo... Vaya salto que has dado... Algunos son muy buenos (al menos me lo parecen).
    Saludos de
    JAG

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  2. Muchas gracias, José Ángel. Un auténtico honor compartir lecturas y risas en Mieres. Por cierto que "Llibreríes de Nueva York" me ha encantado, en la línea de ciudades, libros y dichas que me gusta últimamente. Seguiré las lecturas que me recomendaste.
    Nos vemos pronto.
    Un abrazo de ingeniero...

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