martes, 8 de febrero de 2011

Los días cruzados

Me despierto con cansancio, sin ganas de hacer nada. Mientras pienso en esto y lo otro, me dirijo a Oviedo e intento empezar un relato. Me gusta el tono. El comienzo es un homenaje a Georges Perec: "Al despertar solo queda esta frase: La ciudad anda cerca..." Sé que solo es una primera versión que reescribiré de cuando en cuando. De regreso a casa lectura de La casa del rojo, de Sánchez-Ostiz y de Mortal y rosa, de Francisco Umbral. Se me ocurre un posible título para el diario: Los días cruzados.  Sin lugar a dudas, lo mejor del día.

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