Me gusta mirar el curso del viaje de tren por la ventanilla.
Me gusta convivir con mis sueños.
Me gusta pensar que las cosas van a ir mejor, porque llegarás tú.
Me gusta quemarme en tu sonrisa.
Me gusta el entusiasmo y los consejos de Lorena.
Me gusta el truco o trago -y yo pido whisky.
Me gusta el oxímoron de Mrs Lovett: su optimismo triste.
Me gusta escribir a deshoras, y que mi norte apunte al sur.
Me gusta estar en La buena vida con Iván Cabello y César y emborracharme de monotonía.
Me gusta gustarte.
Me gusta el amor fugaz y silencioso.
Me gusta el desorden ordenado.
Me gusta charlar a diario con Mariola.
Me gusta la lentitud de los aviones.
Me gusta adivinar tu sombra, que siempre me sigue a donde vaya, fiel.
A mí me gusta el Kun.
ResponderEliminarY a quién no.
ResponderEliminar¡Tengo que confesar que tuve que buscar el significado de oxímoron! Y si, estoy completamente de acuerdo... vaya que es optimismo triste el mio... Pero no lo puedo evitar, si algo me define, si algo he sido siempre, es una meláncolica sin remedio...
ResponderEliminarConfieso que, como decía el viejo Benedetti, soy un triste con vocación de alegre. Me sumo a tu optimismo triste...
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