Los poetas tienen cien veces
más sentido común que los filósofos
y al buscar la belleza
encuentran más verdades
que los filósofos
buscando la verdad.
martes, 24 de julio de 2012
sábado, 21 de julio de 2012
Privilegiado
viernes, 20 de julio de 2012
Malos sueños
La escena me araña los pulmones.
El tren se extravía
sin llegar a nuestra cita, en el Llano.
Pero no se lleva las ganas de buscarte
como luciérnaga inquieta.
De pronto, saludo al nuevo día.
Perezoso bostezo
y soy la estela del primer rayo.
He despertado y me esfumo de los malos sueños
mientras el mundo tiembla.
Hoy es siempre todavía,
y lo sé bien.
Desaparezco como el explorador
que avanza y llega al fin, hasta ti,
como Ulises tan al borde de tus ojos,
con su archivo de mejores gestos y palabras.
Y entonces uno se siente menos solo.
Ya estás aquí y el dinosaurio se marcha.
Seguimos soñando.
El tren se extravía
sin llegar a nuestra cita, en el Llano.
Pero no se lleva las ganas de buscarte
como luciérnaga inquieta.
De pronto, saludo al nuevo día.
Perezoso bostezo
y soy la estela del primer rayo.
He despertado y me esfumo de los malos sueños
mientras el mundo tiembla.
Hoy es siempre todavía,
y lo sé bien.
Desaparezco como el explorador
que avanza y llega al fin, hasta ti,
como Ulises tan al borde de tus ojos,
con su archivo de mejores gestos y palabras.
Y entonces uno se siente menos solo.
Ya estás aquí y el dinosaurio se marcha.
Seguimos soñando.
jueves, 19 de julio de 2012
Sombras iguales
Museo
Motivos: la tinta, el papel, el café y las hermosas mujeres. Una postal de París con Leonardo Da Vinci y la calle Château du Clos Lucé. El retrato de Dorian Gray. El cartel de El club de los poetas muertos. Cualquier poema de Claude Roy. La vieja "Carta abierta a una chica progre" que encontré en el Cajón desastre, de Ponferrada. Tu manera de ocupar un lugar en la tierra. Los ejemplos del ejemplar pasado. Los freudianos. Las tardes en el Fontán, entre libros y enigmas. La tendencia de dejarse llevar. El tránsito de la vida. Por qué no, tus ojos deseados. Tres versos de Joan Margarit: "Miro sonriendo la fotografía. / Amamos mucho tiempo. / Tarda en marcharse el sol de los retratos". Las ciudades que son como las personas. La flor de cada instante. Marcel Proust. Llamazares. Lorca. Benedetti. Borges. El Hotel San Jorge de mi adolescencia. Las noches de insomnio minuciosas. El rumor del río Asón. La luna en el British Bar, misteriosa pero suave, como linterna vieja. Una llave entre las manos. La sonrisa de Ángela en la mirada del viajero, que se repite y se repite. El Café La Corte de entre todos los cafés del mundo. Los trayectos de tren. Los poemas escritos a medias con algún escritor universal. Uno y el universo. La mano invisible del tiempo. Tu provincia de tedio y plateresco. Lo fugaz. Lo instantáneo. La encrucijada de estrellas. Los aforismos que alguien tira por el camino. La gente que una vez encontramos, y que somos nosotros. Las estaciones del mundo. La lluvia, aunque a veces no sea la de París, Barcelona o Astillero. La vaga sospecha de unas vidas. Lo perdido. La jodida e inesperada llegada de la muerte.
miércoles, 18 de julio de 2012
Mi verdadero amor
martes, 17 de julio de 2012
Tú y yo en Ponferrada
lunes, 16 de julio de 2012
Mañana,... mañana no sé
No quiero olvidarme del futuro.
Si se observa bien, siempre hay un olvido
cantando en medio del pasado.
Siempre hay un transeúnte que es
solamente un recuerdo, una huella.
Las brasas nos iluminan. Me da miedo pensarlo.
Y mañana,... mañana no sé.
Encontraré la cordura enloqueciendo un poco más,
yo que soy lunático y marciano,
espontaneidad artificiosa,
ideas que van y vienen. Mañana no sé.
Serás más bella porque te desearé más.
Todos huirán a la playa
o a otros brazos.
Sobreviviré a los atascos imposibles
buscando seres terriblemente poéticos.
Cuántas vidas como la mía,
que no quieren olvidarse de su futuro,
como yo, que te quise con la confianza de un niño.
Pero a lo que íbamos.
Mañana no sé, encontraré la cordura
jodidamente enloquecido,
gritaré tu nombre al otro lado de la calle.
El de toda la vida.
Y no será lo que Dios quiera.
Si se observa bien, siempre hay un olvido
cantando en medio del pasado.
Siempre hay un transeúnte que es
solamente un recuerdo, una huella.
Las brasas nos iluminan. Me da miedo pensarlo.
Y mañana,... mañana no sé.
Encontraré la cordura enloqueciendo un poco más,
yo que soy lunático y marciano,
espontaneidad artificiosa,
ideas que van y vienen. Mañana no sé.
Serás más bella porque te desearé más.
Todos huirán a la playa
o a otros brazos.
Sobreviviré a los atascos imposibles
buscando seres terriblemente poéticos.
Cuántas vidas como la mía,
que no quieren olvidarse de su futuro,
como yo, que te quise con la confianza de un niño.
Pero a lo que íbamos.
Mañana no sé, encontraré la cordura
jodidamente enloquecido,
gritaré tu nombre al otro lado de la calle.
El de toda la vida.
Y no será lo que Dios quiera.
domingo, 15 de julio de 2012
La mentira del poeta
Es Andrés Trapiello, discípulo de Pessoa, el que habla con nobleza y finura: "Todo lo que un escritor escribe sabiéndolo antes de ponerse a ello, no sirve para nada. Imaginemos una conversación que fuese así:
-Ahora te voy a decir que estoy contigo. Estamos los dos solos. Tú vistes una chaqueta azul. Yo voy con pantalones grises. Hace un buen día y ahora pasa un coche, modelo...
Para eso es preferible mentir:
-Ahora que estamos los dos solos, te voy a decir que éste que tu crees que ves, no soy yo. En cuanto a tu chaqueta azul, permíteme dos palabras. No vayas a comprarla con mis pantalones grises. ¿Qué tienen mis pantalones grises? En cuanto al día, es bueno, de acuerdo, pero no es más que una basura de día y en ese coche, pasa justamente la persona que lo echará a perder definitivamente...
A partir de ahí naturalmente hay que mentir mucho más, hay que hablar de la persona que viene en ese coche a desbaratarnos el día, y todo lo demás" (Ver Las nubes por dentro).
-Ahora te voy a decir que estoy contigo. Estamos los dos solos. Tú vistes una chaqueta azul. Yo voy con pantalones grises. Hace un buen día y ahora pasa un coche, modelo...
Para eso es preferible mentir:
-Ahora que estamos los dos solos, te voy a decir que éste que tu crees que ves, no soy yo. En cuanto a tu chaqueta azul, permíteme dos palabras. No vayas a comprarla con mis pantalones grises. ¿Qué tienen mis pantalones grises? En cuanto al día, es bueno, de acuerdo, pero no es más que una basura de día y en ese coche, pasa justamente la persona que lo echará a perder definitivamente...
A partir de ahí naturalmente hay que mentir mucho más, hay que hablar de la persona que viene en ese coche a desbaratarnos el día, y todo lo demás" (Ver Las nubes por dentro).
viernes, 13 de julio de 2012
El enigma de la isla del tesoro
A partir de Rafael Guillén
Mis manos cruzan horas, me deslío
con tus dones. Mi sitio y mi fuego
evocan el ayer, mañana, luego.
Te pensé mar de invierno, y eras río.
Encontrada tu forma, ya vacío,
naufragué en ti. Mis versos son un juego.
Voy llegando a la isla: nuestro apego
en abrupto oleaje, malva y frío.
Arquitecto, consigo repegarte
viva, impecable luz, al recordarte.
Ahí estás tú, me arrullas, eres mía.
Y si una vez te alejas de uno mismo,
déjame refugiarme en mi egoísmo.
Seré un barco, encallado, cualquier día.
Mis manos cruzan horas, me deslío
con tus dones. Mi sitio y mi fuego
evocan el ayer, mañana, luego.
Te pensé mar de invierno, y eras río.
Encontrada tu forma, ya vacío,
naufragué en ti. Mis versos son un juego.
Voy llegando a la isla: nuestro apego
en abrupto oleaje, malva y frío.
Arquitecto, consigo repegarte
viva, impecable luz, al recordarte.
Ahí estás tú, me arrullas, eres mía.
Y si una vez te alejas de uno mismo,
déjame refugiarme en mi egoísmo.
Seré un barco, encallado, cualquier día.
martes, 10 de julio de 2012
Capricho
Cada atardecer
recojo entre los vecinos
todas las sillas disponibles
y leo versos para ellas.
Las sillas son extremadamente receptivas
a la poesía
si uno sabe ordenarlas.
Todo esto
me emociona
y durante varias horas
les cuento
qué bellamente murió mi alma
durante el día.
Nuestros encuentros
son generalmente sobrios,
sin entusiasmos
inútiles.
De cualquier modo
significa que cada uno
ha cumplido con su deber
y podemos seguir
adelante.
recojo entre los vecinos
todas las sillas disponibles
y leo versos para ellas.
Las sillas son extremadamente receptivas
a la poesía
si uno sabe ordenarlas.
Todo esto
me emociona
y durante varias horas
les cuento
qué bellamente murió mi alma
durante el día.
Nuestros encuentros
son generalmente sobrios,
sin entusiasmos
inútiles.
De cualquier modo
significa que cada uno
ha cumplido con su deber
y podemos seguir
adelante.
sábado, 7 de julio de 2012
En la silla vacía se sienta tu recuerdo
viernes, 6 de julio de 2012
Sobre presencias
jueves, 5 de julio de 2012
Aún no es tarde
Comienza un nuevo día.
No llueve. La ciudad bosteza.
Voces en fuga
en el café que siempre habito.
Me miro en el espejo, ése
en el que la infancia, que era la patria,
se aleja lentamente.
Pienso en ti llenándolo todo,
en un abrazo nuevo, en nuestro café pendiente.
Escribo: somos los rostros que dejamos atrás,
el viejo Instituto, la carretera de Galicia
que nos acerca a casa,
vistiendo otros cuerpos.
Tropiezo con tu luz de supernova,
con tus ojos insomnes.
No sé qué decirte,
entre tanto estrépito de olvido.
Hay mucho ruido en el exterior.
Soy un hombre que anhela tu sonrisa,
febril y deseada, como anhelo el futuro
que me llama con tu voz.
Me visto con ropa de calle,
a veces la distancia puede ser hermosa
pues encierra un aprendizaje
con pisadas alejándose en la plaza.
Los días pasan como trenes descarrilándose,
que sueñan con el viaje, con nuestro encuentro
encerrado en tus pupilas.
Como soy dado a la sentimentalidad
diré que, cuando regreses,
comenzará otro nuevo día,
el tráfico detendrá su marcha implacable
igual que el mundo.
Te contaré entonces que fue de mí
y de los recuerdos que duermen en mi vientre,
mientras cae la tarde cálida,
las ganas de verte.
No llueve. La ciudad bosteza.
Voces en fuga
en el café que siempre habito.
Me miro en el espejo, ése
en el que la infancia, que era la patria,
se aleja lentamente.
Pienso en ti llenándolo todo,
en un abrazo nuevo, en nuestro café pendiente.
Escribo: somos los rostros que dejamos atrás,
el viejo Instituto, la carretera de Galicia
que nos acerca a casa,
vistiendo otros cuerpos.
Tropiezo con tu luz de supernova,
con tus ojos insomnes.
No sé qué decirte,
entre tanto estrépito de olvido.
Hay mucho ruido en el exterior.
Soy un hombre que anhela tu sonrisa,
febril y deseada, como anhelo el futuro
que me llama con tu voz.
Me visto con ropa de calle,
a veces la distancia puede ser hermosa
pues encierra un aprendizaje
con pisadas alejándose en la plaza.
Los días pasan como trenes descarrilándose,
que sueñan con el viaje, con nuestro encuentro
encerrado en tus pupilas.
Como soy dado a la sentimentalidad
diré que, cuando regreses,
comenzará otro nuevo día,
el tráfico detendrá su marcha implacable
igual que el mundo.
Te contaré entonces que fue de mí
y de los recuerdos que duermen en mi vientre,
mientras cae la tarde cálida,
las ganas de verte.
miércoles, 4 de julio de 2012
Tentativa de agotar El Astillero
En Astillero las características de sus calles y paseos son familiares. Quien ha tenido la suerte de vivir en Astillero en la adolescencia, tendrá el privilegio de que le siga, vaya a donde vaya, el resto de su vida.
martes, 3 de julio de 2012
Memoria involuntaria
Dice Proust que en el aroma
reside la memoria involuntaria,
que es la mejor de las memorias.
Me desperezo con urgencia
a eso de las 11
recordando qué es vivir.
Estoy en silencio
que es la única manera
de que me oigan
desde la certeza de otro mundo mejor.
O yo qué sé.
Uno está hecho un lío. Veremos.
Llevo en el alma, llevo por alma
un fondo de aula con atardeceres prohibidos,
con ausencias prohibidas,
con pisadas prohibidas. Echo de menos
todo lo que llenas, como Robinson huérfano de vida.
Empieza el verano y, como siempre,
uno hace propósito de progresar en la escritura.
Vendrán tiempos mejores, me digo,
con un suspiro
que atraviesa el horizonte de la ciudad
hasta quedar congelado
entre los transeúntes que cruzan por Uría.
Somos de donde nos hacen felices,
de donde nos echan en falta las ausencias,
de donde acaba el espejismo.
reside la memoria involuntaria,
que es la mejor de las memorias.
Me desperezo con urgencia
a eso de las 11
recordando qué es vivir.
Estoy en silencio
que es la única manera
de que me oigan
desde la certeza de otro mundo mejor.
O yo qué sé.
Uno está hecho un lío. Veremos.
Llevo en el alma, llevo por alma
un fondo de aula con atardeceres prohibidos,
con ausencias prohibidas,
con pisadas prohibidas. Echo de menos
todo lo que llenas, como Robinson huérfano de vida.
Empieza el verano y, como siempre,
uno hace propósito de progresar en la escritura.
Vendrán tiempos mejores, me digo,
con un suspiro
que atraviesa el horizonte de la ciudad
hasta quedar congelado
entre los transeúntes que cruzan por Uría.
Somos de donde nos hacen felices,
de donde nos echan en falta las ausencias,
de donde acaba el espejismo.
lunes, 2 de julio de 2012
Curso de soledad
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