jueves, 19 de julio de 2012

Museo

Motivos: la tinta, el papel, el café y las hermosas mujeres. Una postal de París con Leonardo Da Vinci y la calle Château du Clos Lucé. El retrato de Dorian Gray. El cartel de El club de los poetas muertos. Cualquier poema de Claude Roy. La vieja "Carta abierta a una chica progre" que encontré en el Cajón desastre, de Ponferrada. Tu manera de ocupar un lugar en la tierra. Los ejemplos del ejemplar pasado. Los freudianos. Las tardes en el Fontán, entre libros y enigmas. La tendencia de dejarse llevar. El tránsito de la vida. Por qué no, tus ojos deseados. Tres versos de Joan Margarit: "Miro sonriendo la fotografía. / Amamos mucho tiempo. / Tarda en marcharse el sol de los retratos". Las ciudades que son como las personas. La flor de cada instante. Marcel Proust. Llamazares. Lorca. Benedetti. Borges. El Hotel San Jorge de mi adolescencia. Las noches de insomnio minuciosas. El rumor del río Asón. La luna en el British Bar, misteriosa pero suave, como linterna vieja. Una llave entre las manos. La sonrisa de Ángela en la mirada del viajero, que se repite y se repite. El Café La Corte de entre todos los cafés del mundo. Los trayectos de tren. Los poemas escritos a medias con algún escritor universal. Uno y el universo. La mano invisible del tiempo. Tu provincia de tedio y plateresco. Lo fugaz. Lo instantáneo. La encrucijada de estrellas. Los aforismos que alguien tira por el camino. La gente que una vez encontramos, y que somos nosotros. Las estaciones del mundo. La lluvia, aunque a veces no sea la de París, Barcelona o Astillero. La vaga sospecha de unas vidas. Lo perdido. La jodida e inesperada llegada de la muerte.

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