sábado, 21 de julio de 2012

Privilegiado

Gijón es una ciudad muy presumida. Llega uno y le enseña su mar y sus callejas, y un sol como el de los mejores días. Se encamina uno sin cansancio, con zapatos nuevos y relucientes, hacia Jovellanos y saca en préstamo Hijos sin hijos, de Vila Matas e Inquietudes bárbaras, de Luis García Montero. Lee en ellos: 1. "Después de todo qué somos, qué es cada uno de nosotros sino una combinatoria, distinta y única, de experiencias, de lecturas, de imaginaciones". Y 2: "La ciudad, por su parte, sigue hablando de pasos de cebra, de leyes, de razones universales, del cumplimiento de las normas, de los derechos inalienables, de los valores de la cultura occidental". Deleitosa madreselva uno va, se dirige, a Personajes y compra repentinamente y para siempre Beatus Ille, de Antonio Muñoz Molina. Le asalta a uno entonces tu recuerdo, vivito y coleando. Es una verdadera lástima que no estés aquí, lectora amiga, para regalártelo y charlar de esto y de lo otro. Tus palabras se han ido fuera de Asturias pero siguen estando aquí, y no han caído en saco roto. No todo el mundo está en condiciones de escuchar. Me sé, por ello, privilegiado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario