domingo, 27 de mayo de 2012

El momento éste

Empiezo un nuevo tramo en mi vida de balance y reflexiones. Serán días de memoria y de futuro, de escritura eterna y luminosa, en primera línea de fuego. Se me ocurre un título para un libro de poemas con guiño a Ángel González incluido: Vivir lo mismo que si tú existieras. Las aulas ya están vacías y los docentes y los alumnos desmontan el escenario. Continuaré con mi Luna en el British Bar y mi nuevo capítulo, que pronto te enseñaré. Comienza así: "Algunas veces en el transcurso de un viaje he encontrado, por azar, hermosos lugares inexactos como ríos que uno nunca llega a entender -reflejos de mí mismo-, ciertos ríos que han seguido luego acompañándome, sin sobresaltos, después del regreso, y en los que he disfrutado, a la vez, de sus aguas que traían reflejadas las huellas de mi pasado -¿de qué son símbolo?-, y de aquellas otras en las que, obviamente, nunca podré bañarme dos veces, salvo iluminado por la luna del recuerdo". Nos vamos, pero con infinito agradecimiento al fin y al cabo. Volveremos algún día, no hay duda. Y durante largo rato quedaré así, quieto, asomado a la barandilla del puente, mirando como el Asón me atraviesa los párpados, mientras tiro piedras a la lisura de su olvido. Somos quienes fuimos y quienes no seremos.


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