miércoles, 3 de noviembre de 2010

El encuentro

"Por la mañana desayuné en un pequeño bar", nos dice Zbigniew Herbert, "fresco como una bodega. Enfrente de mí se había sentado un hombre de cabello gris, sin afeitar, de ojos achinados, cuya postura me recordaba a la de un boxeador retirado. Me recordó al Hemingway que conocía de las fotografías, pero resultó que era Ezra Pound (me lo comentó lleno de orgullo el propietario del local). La persona adecuada en el lugar adecuado. El hombre impulsivo se habría encontrado perfectamente a gusto en compañía de los Baglioni".


Zbigniew Herbert, Un bárbaro en el jardín, Acantilado, 2o1o.

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