jueves, 18 de noviembre de 2010

Un hombre pregunta a sus lectores

1. Si usted escribiera un libro con ideas novedosas, ¿dejaría de leer para no perder originalidad?
2. ¿Qué puede haber de común entre obras tan dispares como El jugador, Libro del desasosiego, Cosmopolitas o el Ulises de Joyce?
3. Las razones de mil seres humanos para sentirse vivos ¿son más que las razones de uno solo?
4. Dígame alguna otra manera de alcanzar la eternidad que ahondando en el instante, ¿puede?
5. ¿Hay alguna novela del racionalismo con más ideas que Crimen y castigo?
6. ¿Qué quiere usted decir cuando afirma que “no entiende” un poema?
7. ¿Fueron las palabras las que hicieron Palabra sobre palabra, de Ángel González, o fue al revés?
8. ¿Es cierto que nadie podrá crear un personaje más grande que él mismo?
9. ¿Duermen, estupefactos y pasivos, los personajes de un libro cuando nadie lo está leyendo?
10. En su opinión, ¿qué es más difícil escribir: una novela o un diario?.

2 comentarios:

  1. Miguel, responderé a tus preguntas, siempre desde mi humilde punto de vista:

    1. Nunca podría dejar de leer, al igual que nunca podría dejar de soñar si una noche llegase a ser feliz completamente.
    2. La condición humana, desde sus más altas virtudes hasta sus más ínfimos defectos.
    3. Por supuesto que no. Cada uno vive su vida, salvo el escritor, que vive paralelamente a través de sus personajes.
    4. Quizá la pregunta correcta sea: ¿estamos preparados para alcanzar la eternidad? Esperemos que no.
    5. Supongo que no...
    6. "No entiendo" a esa gente.
    7. Sin duda fueron las palabras las que hicieron Palabra sobre palabra; y las que te hicieron a ti, y a mí...
    8. No, lo acabaría devorando.
    9. Somos nosotros quienes damos vida a esos personajes; sin nosotros no dormirían: estarían muertos, o quizá peor, no existirían.
    10. Un diario. Siempre cuesta hablar más (y mal) de uno mismo...
    ¡Saludos!

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  2. Un honor coincidir contigo en esta búsqueda febril que es la lectura, y en casi todas tus respuestas, que son las mías...Salvo-ahora lo pienso-la última: una novela cuesta más dudas, más desdenes, más utopías, más silencios...entre la realidad y el delirio.
    Un saludo (hospitalario)

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