Bocas rojas, que arden desde sombras grises,
arrullan una dulce patraña.
Y la luna sonríe de verde dorada
a través de un haz de niebla.
Calles grises, tejados rojos,
y en medio una luz verde.
De camino a casa, vocea un borrachín tardío
de cara rugosa.
Piedra gris y sangre roja...
Mañana temprano todo irá bien.
Mañana pasará volando una hoja verde
sobre una ciudad gris.
Wolfang Borchert, Obras completas (Traducción y epílogo de Fernando Aramburu), Laetoli, 2oo7.
No hay comentarios:
Publicar un comentario