martes, 12 de octubre de 2010

Utopías

Escribo, casi a tientas: Anotar fragmentos de mis semisueños y recuerdos, en una mesa del Cires, con un café y un agua con gas. Deambular a la deriva las calles de la ciudad más antigua del mundo, la primera en nacer. Salvarme de que me salven. Describir los momentos misteriosamente significativos. Soñar con usted día y noche entre la realidad y el delirio. Dejar de charlar y conocer a mis viejos fantasmas. Recordar, con frecuencia, la frase de Camus: "Siempre hay un filósofo para la falta de valor". Llevar conmigo a todos los que fui, a los que quise ser. Estar a gusto o, lo que es lo mismo, no pensar.

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