lunes, 19 de marzo de 2012

La resistencia

No hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahondando en el instante.
ERNESTO SÁBATO

Once mil días próximos
sin viajar a la duda,
siendo las doce y media repentinas.
Once mil días, entre otras cosas,
de cartas con su sello,
de calma para hacer balance,
de ojos sin palabras,
mañanas sin temperaturas,
gravedades nubladas.

Once mil días, once mil
con el café de las conversaciones
y las promesas populares
que surcan el asombro y el deseo.
Como quien dice: "Cómo pasa el tiempo".
Bares como países habitados,
en las serenidades al pie de la tormenta
o en el sueño que vive su descanso.

Vendrán otros once mil días
como una manada de dinosaurios
camino de algún rumbo indiferente.
Yo no sé si será la edad.
Pero tengo algo de miedo.
Qué lastima. Que uno se acostumbre al miedo
a dar cuerda a relojes inventados
para buscar, en años sucesivos,
la prisa de ahondar en el instante.

1 comentario:

  1. NO ahondes en la prisa ni un instante:
    mejor espesa la pausa bastante
    y apresa en tus manos su jugo acuciante,

    antes que el reloj marque el hueco del tiempo

    y Don Ernesto le dé cuerda al invento
    -al instante

    de su nada inquietante-

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