sábado, 23 de julio de 2011

De despertares-amaneceres

Comienzo la lectura de Para nacer he nacido, de Pablo Neruda mientras recuerdo el amanecer que no tuvimos. "Por ti amo las blancas estatuas dormidas en los parques, las blancas estatuas que no tienen voz ni mirada", parece decirme el poeta chileno. Hacemos el ser humano hasta altas horas y tu perfume aún nos acompaña. "He olvidado tu amor y sin embargo te adivino detrás de todas las ventanas". Las ciudades arden y tú sigues radiante y precisa. Tus palabras me envuelven como las enredaderas a los muros cuando las distancias terminan y vuelan trayendo a mis ojos lo que estaba lejos. Improviso algunos haikus prescindibles bajo el título "El invierno que nos acompaña". Dicen así: "Solo me faltas / tú para tener todo / lo que no tengo"; "Era muy bella / y cabía en mis manos. / Mujer lejana"; "Desde temprano / surcando amaneceres / en tu mirada" ; "Me anclé a un cielo / que yo no conocía. / Viento de noche" ; "Miro un cisne / descarado e impropio / flotar cual nieve".

4 comentarios:

  1. En el primer haiku te has comido el "me" del primer verso: Solo ME faltas.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, José Luis. Estás en todo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. EDUARDO IVÁN GONZÁLEZ24 de julio de 2011, 17:46

    Eso de "hacemos el ser humano" es de lo más expresivo y potente que me he topado en mucho tiempo, solo me duele que cuando un día se me venga a la libreta dicho juego de palabras, que lo hará, ya no será original...
    Más allá del detalle, me gustan notablemente tanto este último post como "Luciérnagas".

    ResponderEliminar
  4. Gracias, amigo. Seguiremos haciendo el ser humano... y buscando luciérnagas.

    ResponderEliminar